Nunca en los últimos treinta años la desigualdad de ingresos ha sido tan grande en los países de la OCDE. No es extraño que esta cuestión se haya convertido en un tema central en el debate político. La creciente desigualdad empieza a verse no solo como un problema de justicia, sino también como un freno al crecimiento económico. Pero según sea el diagnóstico sobre la desigualdad, también variarán los remedios que se proponen.
Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 01/15
A grandes rasgos, el debate está dividido entre quienes creen que la desigualdad es un síntoma de una serie de problemas económicos y sociales –desde la pobreza a la falta de empleo y de instituciones democráticas estables–, y quienes la ven como un…
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