Destacado activista gay, acusado de abusos sexuales a un menor

publicado
DURACIÓN LECTURA: 2min.

Terry Bean, de 66 años, conocido activista a favor de los derechos del colectivo gay, y su expareja Kiah Lawson, de 25 años, fueron arrestados hace pocos días en Portland (Oregón), acusados de haber mantenido relaciones sexuales con un menor de 15 años, conectado por Internet.

El asunto ha aparecido en la prensa local (The Oregonian, 20-11-2014), pero no ha saltado a los grandes medios nacionales, pese a la notoriedad del personaje. En 2008 Ted Kulongoski, gobernador de Oregón, llegó a designar el 23 de agosto como el “Terry Bean equality day” (día de la igualdad en honor de Terry Bean), y el mismo Obama le dio públicamente las gracias en un acto oficial por haber recaudado medio millón de dólares a la campaña para su reelección, y le invitó a volar con él en el Air Force One. Además, Bean es co-fundador de dos de las organizaciones LGTB más importantes del país: la Human Rights Campaign y la Gay and Lesbian Victoria Fund.

La historia de la relación entre los dos acusados es ciertamente turbulenta. Lawson, 40 años más joven que Bean, acumulaba un historial de delitos menores, y empezó una relación con el activista. Todo parecía ir bien –Bean incluso llevó a Lawson a encuentros con prominentes figuras demócratas, incluida una recepción en la Casa Blanca–, hasta que el joven supuestamente descubrió unos vídeos íntimos que Bean habría filmado sin el consentimiento de los otros implicados (varias personas aparte del propio Lawson).

Luego la relación se rompió, pero poco tiempo después un abogado de Lawson contactó con Bean para sugerirle la posibilidad de llegar a un acuerdo económico si no quería enfrentarse a una demanda por violación de la privacidad. Se sucedieron demandas y contrademandas, pero finalmente ambas partes lograron un pacto en mayo de este año: dinero a cambio de silencio.

Ahora Bean y Lawson están acusados de abuso sexual con un menor de 15 años.

Lawson ya está en prisión, aunque por otro caso. Bean ha sido puesto en libertad tras pagar parte de la fianza impuesta, pero tendrá que comparecer ante los tribunales a principios de diciembre.

Aún no hay sentencia firme. Conviene, por tanto, respetar la presunción de inocencia. Pero no dejan de ser curiosas algunas reacciones que exoneran de entrada al activista. Un periódico local de Portland escribía, con tono casi indignado: “Una de las personas que más ha contribuido a la histórica decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio homosexual […], en vez de poder celebrarla, se ve obligado a luchar por su reputación”.

En cambio, un columnista de USA Today señalaba lo sospechosamente desapercibida que esta noticia –con todos los elementos morbosos que ofrece– había pasado en los principales medios norteamericanos; y se preguntaba si hubiera sucedido lo mismo de tratarse de un acusado con otro perfil, por ejemplo, un conocido republicano. También podría señalarse el diferente tratamiento cuando noticias de este tipo han afectado a algún eclesiástico.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.