El anonimato en cuestiones reproductivas va quedando atrás. Así, en la actualización de sus líneas directrices para la donación de gametos en reproducción asistida, la American Society for Reproductive Medicine (ASRM) ha reflejado el creciente reconocimiento de que los concebidos tienen derecho a saber quiénes son sus padres genéticos.
Hasta el momento, casi todas las donaciones de gametos eran anónimas. Sin embargo, el caso de los niños que, engendrados mediante ese procedimiento, desean encontrar a sus progenitores, y el de los donantes que quieren verse involucrados en la vida de sus hijos, se va haciendo más y más común.
En algunos países, como el Reino Unido, los hijos, una vez cumplidos los 18 años, pueden acceder a la información sobre los donantes, lo que no es el caso en EE.UU., si bien las leyes pudieran cambiar: “Los programas deben dejar claro a los donantes que no pueden recibir garantías de inmunidad respecto a futuros contactos con sus hijos”, ha apuntado la ASRM.
“Los donantes y los programas —afirma la Asociación— tienen que reconocer que existe una única y continuada relación moral entre cada una de las partes, así como con los receptores y sus hijos, y esta obligación no finaliza con la donación de los gametos. La evolución en las leyes, en la tecnología médica y en los estándares sociales requerirá una reevaluación de estas relaciones durante la vida de todas las partes involucradas”.