La Agencia Europea de Derechos Fundamentales (FRA) ha presentado este 17 de mayo su estudio sobre la discriminación contra las personas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales). Según el informe, entre las formas de discriminación destaca que una cuarta parte de las 93.000 personas que respondieron a la encuesta dijeron que habían sido víctimas de violencia física.
Anne Fleck escribe una interesante valoración de estos resultados en MercatorNet, de la que extrae, entre otras, las siguientes conclusiones.
– La encuesta se realizó solo entre personas LGBT, con lo que no hay manera de comparar su percepción de la discriminación con la percepción que tiene la sociedad en general sobre este tema. La encuesta no se basa en hechos verificables, sino en la percepción de la discriminación que sienten los encuestados.
Por otra parte, una persona puede llenar el cuestionario cuantas veces quiera.
Aparte de los defectos en el diseño de la encuesta, se observa que los números no están enmarcados en un contexto general. Pocos de los 23.000 crímenes de odio mencionados por las personas LGBT anónimas fueron presentados ante la policía, lo cual no se explica. Tampoco está claro si todos ellos se produjeron en un solo año. Por otra parte, el blog Turtle Bay and Beyond hace algunas observaciones interesantes. Por ejemplo: Alemania, que representa el 16% de la población de la UE, tuvo unos 570.000 casos de incidentes delictivos de violencia de diversos grados en 2011. Por tanto, el 16% de las 23.000 agresiones supondrían 3.680 ataques. Habida cuenta de que suele decirse que gays y lesbianas son el 10% de la población, el porcentaje de agresiones sería inferior al que les correspondería por su presencia en la población.
– También hay que tener en cuenta que la violencia contra los hombres y mujeres homosexuales surge también en sus propias relaciones. Un estudio realizado en 2002 por Greenwood y otros afirma que: “en una muestra de población representativa, la probabilidad del nivel de violencia en las relaciones entre hombres homosexuales fue considerablemente más alto que el nivel de violencia de los hombres contra las mujeres en la comunidad heterosexual (…) La prevalencia de 5 años de maltrato físico entre los HSH [hombres que tienen relaciones sexuales con hombres] urbanos (22%) fue significativamente más alta que la prevalencia anual de violencia grave (3,4%), o la prevalencia anual del total de la violencia (11,6%), entre una muestra representativa de mujeres casadas, o en unión libre, con hombres”.
Anne Fleck concluye “¿Cuál es el remedio? ¿Más leyes contra la violencia contra las personas LGBT? Nuestros sistemas jurídicos ya prohíben la violencia: no solo contra las personas LGBT, sino contra todas. Así debe ser, porque todos los hombres y mujeres son iguales ante la ley”.