Igual salario por igual trabajo es una reivindicación de muchas mujeres, pero unas pocas incluso la han dejado atrás. Según cálculos de Bloomberg News sobre la remuneración a los directores ejecutivos (chief executive officers) de las mayores empresas de Estados Unidos (las 500 del índice Standard & Poor), las 16 mujeres de la lista ganan por término medio 14,2 millones de dólares anuales. Esa cantidad es un 43% más alta que la media de sus colegas masculinos.
Es la primera vez, que conste al menos, que la retribución femenina supera a la masculina en la élite empresarial norteamericana. En ello han influido mucho las recompensas ofrecidas a dos directoras ejecutivas: Carol Bartz, de Yahoo, e Irene Rosenfeld, de Kraft Foods. Bartz tiene un paquete retributivo de 47,2 millones de dólares anuales, todo incluido, aunque buena parte es en stock options y no la ha realizado. Rosenfeld goza de una remuneración de 26,3 millones en total.
Y todo eso en tiempo de crisis. De hecho, las directoras ejecutivas de las empresas del índice S&P que ya lo eran en 2008 se beneficiaron de una subida salarial del 19% el año pasado. En cambio, los hombres de la misma lista sufrieron un recorte del 5%.
Según Graef Crystal, el especialista en retribuciones que hizo los cálculos para Bloomberg News, eso indica que los consejos de administración no quieren problemas. Para no arriesgarse a que los señalen por pagar peor a las mujeres, prefieren pasarse antes que quedarse cortos. Si así es, tal debe de ser el caso sobre todo de Carol Bartz, con quien Yahoo ha mostrado una generosidad extraordinaria. En concreto, le ofreció una opción sobre acciones valoradas en 27,2 millones de dólares, que ella podría realizar si la cotización subía un 50% y se mantenía durante veinte días seguidos dentro de sus primeros cuatro años en el cargo, o sea antes de 2013. Lo normal es que las opciones se puedan realizar en un plazo fijo, con independencia del precio. Y cuando Bartz llevaba menos de un mes en el puesto, le añadieron otros 7,4 millones de dólares en acciones y opciones.
Sheila Wellington, profesora de administración de empresas en la Universidad de Nueva York, cree que también ha influido otro factor en la subida del pago a las directivas de élite. Lo llama “competición darwiniana”: como las mujeres parten con desventaja en la carrera, la criba con ellas es más severa, y solo llegan a la cima “las más fuertes, más aptas y más duras”.
Por debajo del séptimo cielo empresarial, el progreso femenino es mucho más lento. Entre los directores de empresas norteamericanas de todos los tamaños, las mujeres ganan un 25% menos que los hombres. También en Estados Unidos, en el conjunto de la población activa que trabaja al menos 35 horas semanales, el sueldo medio de las mujeres es un 21% inferior al de los hombres.