El gobierno alemán aprobó el 18 de mayo un proyecto de ley de transparencia, por el que las empresas que cotizan en Bolsa deberán publicar los sueldos de los miembros de sus consejos de administración. Aunque hay un millar de empresas que cotizan en Francfort, se pretende en concreto que publiquen esos datos consorcios que hasta hoy se niegan a hacerlo, como Daimler-Chrysler, BMW, BASF o Porsche.
La propuesta era una de las 72 recomendaciones que presentó hace tres años («Reglas para una buena dirección de empresa») una comisión gubernamental llamada Deutsche Corporate Governance Kodex. Según el Ministerio de Justicia, cumplen con esta norma 20 de las 30 empresas del índice DAX -a principios de 2004 sólo lo hacían 7-, y en los índices M-Dax y S-Dax sólo el 40% de las empresas publican los sueldos de sus directivos.
La ley propuesta, que podría entrar en vigor en 2006, prevé que queden exentos de la obligación de publicar sus sueldos los directivos a quienes dispense el consejo de administración por mayoría de tres cuartos. Este es uno de los motivos por los que no está claro si se consideran obligadas empresas estatales como los ferrocarriles. Los directivos que ganen mucho dinero y quieran ocultarlo tendrán de todos modos la opción de pagar una multa de varias decenas de miles de euros por no cumplir la ley.
La obligación de publicar los sueldos de los directivos es norma en EE.UU., Canadá, el Reino Unido, Irlanda, Francia, Italia, Holanda y Suecia. Para Jürgen Thumann, presidente de la Asociación de Industriales Alemanes (BDI), compete a cada empresa decidir si le conviene o no publicar tales datos. Para Wendelin Wiedeking, presidente del consejo de administración de Porsche, la pretensión del gobierno es contraria al derecho a la intimidad que garantizan a los ciudadanos la Constitución y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Para los accionistas, añade, es importante saber si el conjunto de los sueldos es proporcionado al éxito de la empresa, pero no les va nada en conocer cuánto cobra en concreto tal o cual directivo. Contra la obligación de publicar los salarios se manifestaron también los jefes de BMW (Helmut Panke), Daimler (Jürgen Schrempp) y BASF (Jürgen Hambrecht), este último calificando la medida de intento de «introducir el socialismo en las directivas».
En Francia, donde ya es obligatorio que las grandes empresas den a conocer cuánto ganan sus directivos, el gobierno quiere fomentar ahora un mejor reparto de beneficios. Para motivar a su personal, se libera a las empresas de cargas sociales mediante «acuerdos de interés». Habida cuenta de la disminución del poder adquisitivo de los salarios, el ministro de Economía, Thierry Breton, anunció en marzo que las empresas podrán distribuir primas extraordinarias a sus empleados. Las empresas con acuerdo de interés podrán distribuir en 2005 hasta el 15% de la suma exonerada en 2004 por el acuerdo. Incluso las empresas sin acuerdo de interés podrán distribuir una prima extraordinaria de 200 euros por empleado, siempre y cuando se comprometan a negociar una posible firma de acuerdo de interés. Además, Breton anunció que las empresas que pagan el impuesto de sociedades podrán acogerse en 2005 a dos nuevas deducciones: el 25% para las aportaciones de capital y el 65% para los gastos de investigación.
Santiago Mata