Progresos e incógnitas en evolución humana (y II)
Aunque la paleoantropología no ha podido despejar varias de las mayores incógnitas en torno al origen del hombre, en los tiempos recientes se han hecho hallazgos que han permitido afinar los conocimientos (ver servicio 27/02). Esta disciplina se mueve con celeridad, y es fácil quedarse rezagado. Por fortuna, recientemente se han publicado numerosas obras de divulgación científica sobre evolución humana. Entre ellas hay algunas valiosas y asequibles al lector común.
Los once títulos aquí comentados tocan distintos aspectos de la evolución humana, desde lo más general a lo más particular. Todos son divulgativos, pero no igual de elementales. Entre ellos el lector podrá escoger los que mejor se adecúen a sus intereses y a sus conocimientos previos.
Para iniciarse
Entre los libros que tratan la evolución humana en general, los más sencillos son La prehistoria del hombre (1) y La evolución del ser humano (2), ambos de Giovanni Carrada. Tocan casi todos los temas interesantes de una forma muy breve y básica, por lo que resultan idóneos para introducirse en el estudio del origen del hombre. Desde un punto de vista ideológico, el primer título se abre con un ramalazo materialista que puede despistar un poco; pero el autor lo matiza y enmienda en el segundo reconociendo de forma explícita que entre las creencias bíblicas y la teoría de la evolución no tiene por qué existir incompatibilidades (cfr. servicio 27/02, p. 4).
También es introductorio, aunque de nivel superior, un libro de Richard Lealkey: El origen de la humanidad (3). El autor pasa revista a algunos de los temas clásicos de la paleoantropología. Destacan los capítulos dedicados al arte y al lenguaje; en cambio, el que analiza el origen de la mente no está a la misma altura. Son de gran interés, también, las reflexiones sobre la teoría multirregional o del candelabro y su rival, la teoría «Out of Africa», que hacen referencia al origen del hombre anatómicamente moderno. La primera sostiene que el hombre moderno proviene de varias ramas que evolucionaron en distintos lugares del planeta, mientras que la segunda postula un único origen a partir de antepasados africanos (ver servicio 18/01). Lealkey compara las razones a favor de una y otra, y comenta los estudios de genética molecular aplicados a esta polémica, con especial referencia al célebre tema de la Eva africana o mitocondrial.
En el debe del autor cabe anotar algunos tintes de antropología materialista que esporádicamente afloran. En el haber, en cambio, es de elogiar la sinceridad con la que reconoce las lagunas que todavía tenemos en el conocimiento de la historia evolutiva de los homínidos en general y de los humanos en particular. Así, concluye que «el asunto importante del origen de los humanos modernos continúa sin resolverse, a pesar del fárrago de información que ha sido aportado para su interpretación». Cada nuevo descubrimiento no sólo no soluciona los problemas sino que suscita nuevas preguntas, de tal suerte que «no pasa ni un mes sin que se celebre una conferencia o se publique una montaña de libros, o de artículos científicos, que proponen visiones del tema diametralmente opuestas».
El punto de vista genético
Jaume Bertranpetit y Cristina Junyent nos proponen en Viaje a los orígenes (4) un recorrido por la evolución humana de la mano del análisis genético, poniéndolo en relación con el estudio del registro fósil. La lectura de los dos capítulos dedicados a la biología molecular y la genética no resulta sencilla para quien no tenga ciertos conocimientos de estas especialidades. Pero, hasta cierto punto, dichos capítulos resultan prescindibles para la comprensión del desarrollo posterior de la obra, de modo que pueden dejarse para el final. En cambio, los capítulos sobre el registro fósil no presentan dificultad especial. El capítulo final defiende la tesis de que el futuro genético de la humanidad no deparará grandes cambios, pese al desarrollo de las técnicas derivadas de la ingeniería genética (clonación, transgénesis, etc.). Eso sí: los autores sostienen que se ha de imponer una armonía entre técnica y moral, que debe ser establecida por una legislación precisa. Pero rehúyen definir cuáles deben ser los límites morales de la ingeniería genética; de forma explícita únicamente descartan la eugenesia social de corte racista.
Otro libro de carácter general es Evolución humana (5), de Emiliano Aguirre y Pedro García Barreno. En la primera parte, Aguirre nos guía en un recorrido exhaustivo por la historia evolutiva de los homínidos. Ahora bien, la obra dista mucho de ser una simple compilación erudita de fósiles y yacimientos. Por el contrario, no elude ninguno de los grandes problemas de la paleontología humana. Al final de su exposición, Aguirre tiene reservada al lector una sorpresa: se muestra especialmente crítico con la hipótesis defendida por la actual terna de directores de Atapuerca que le sucedieron tras su jubilación. En efecto, Aguirre pone en duda que Homo antecessor, descubierto en Atapuerca, diera lugar a Homo heidelbergensis, que se suele considerar antepasado tanto de neandertales como de cromañones.
La segunda parte del libro corre a cargo de Pedro García Barreno, quien examina la evolución humana desde el punto de vista de la biología molecular y del análisis genético. Destaca el tratamiento que hace del célebre tema de la Eva mitocondrial y el Adán cromosoma Y (cfr. servicio 177/01).
La obra se completa con un extraordinario conjunto de fotografías de fósiles que permiten apreciar visualmente lo que se explica en el texto. Además, cuenta con dos índices bibliográficos (correspondientes a cada una de las partes), principalmente artículos especializados y actuales, útiles para los lectores que quieran saber más.
Lo más completo
En Cómo evolucionaron los humanos (6), Robert Boyd y Joan B. Sillk nos presentan una extensa obra en la que abordan con profundidad todos los temas implicados en la historia evolutiva de los homínidos. Sin embargo, con ser tantos los temas abordados, no se tratan de un modo tan técnico como para que el profano no pueda comprenderlos sin especial esfuerzo, excepto el de cargarse de paciencia si quiere leer el libro entero. Todos los términos que aparecen son explicados claramente la primera vez que se traen a colación, de modo que en ningún momento la jerga propia de esta ciencia supone un obstáculo para la comprensión del contenido.
Una de las grandes cualidades de esta obra es la imparcialidad con la que los autores exponen todas las teorías existentes, dejando bien claro que, en numerosas ocasiones, un mismo hecho es interpretado de forma radicalmente distinta por diferentes teorías. En tales casos, Boyd y Sillk exponen con total objetividad los pros y los contras de cada hipótesis, y casi nunca muestran sus personales preferencias. Además, los autores parecen haber hecho un esfuerzo por presentar una obra lo más neutra posible desde un punto de vista ideológico.
El libro va acompañado de un CD-ROM (en inglés) de gran calidad que, entre otras cosas, permite la observación de cráneos de homínidos en tres dimensiones, que se pueden ver desde todas las perspectivas. El CD contiene también gran cantidad de información, así como una serie de tests que permiten al usuario evaluar los conocimientos adquiridos gracias a la lectura de la obra.
De África al mundo
Al pasar de lo general a lo particular, aparece primero el tema de la extensión del género humano por el mundo a partir de su cuna africana. Un libro sencillo, pero a la vez riguroso, que puede servir de enlace entre uno y otro ámbito de estudio es El primer hombre (7). Lo firma el célebre investigador Henry De Lumley, director del yacimiento de La Caune de L’Arago, en el Pirineo oriental francés, donde descubrió al Hombre de Tautavell, datado en unos 400.000 años de antigüedad. El autor pretende presentar «las pruebas documentales existentes y el estado de los conocimientos [arqueológicos], sin fingir hipótesis o más conocimientos de los existentes en realidad (…) dejando lagunas inevitables, como casillas vacías que la investigación irá colmando poco a poco, quizá obligando a recomponer y a escribir de nuevo el guión». Así, la obra arranca con los primeros homínidos para pasar revista al proceso de hominización y humanización acaecido durante los últimos cinco millones de años, prestando especial atención al poblamiento de Europa. Se trata de una obra interesante que recorre de forma inteligible los principales yacimientos mundiales para dar cuenta de los descubrimientos más célebres, sin caer en extrapolaciones ideológicas.
Centrándose en el tema del poblamiento de Europa, Mario Menéndez Fernández, en su libro Los primeros europeos (8), expone de forma concisa y muy clara, pero con rigor científico exquisito, las diversas teorías sobre el primer poblamiento de Europa por parte de los humanos. De manera estructurada y analítica, el autor presenta los datos, las hipótesis, las lagunas, los hechos y las incertidumbres que envuelven nuestros conocimientos sobre el periodo comprendido entre 1,8 millones de años y 500.000 años en Europa.
Mucho más técnica es la voluminosa obra de Clive Gamble, catedrático de Arqueología de la Universidad de Southampton (Gran Bretaña), Las sociedades paleolíticas de Europa (9). En ella Gamble analiza con todo lujo de detalles el modus vivendi de los heidelbergensis y los neandertales. En primer lugar hace un estudio crítico del marco teórico delimitado por otros autores. Posteriormente aborda el análisis de las primeras sociedades europeas de hace 500.000-300.000 años. A continuación les toca el turno a los neandertales antiguos (300.000-60.000 años), para acabar examinando las estructuras sociales de los neandertales más modernos (60.000-27.000 años) y, cómo no, la transición de las sociedades neandertales a las de cromañones. Simplificando mucho, la tesis central que defiende Gamble es que las sociedades de humanos europeos del paleolítico medio ya eran complejas y sus fines no se reducían a la mera supervivencia biológica, lo que -a juicio del autor- nos permite «contemplar un pasado mucho más interesante».
Neandertales
La desaparición de los neandertales es uno de los enigmas más apasionantes de la paleoantropología. Dos libros pueden servir para explorarlo.
En Neandertales, bandidos y granjeros (10), Colin Tudge, rozando la heterodoxia, defiende la tesis de que la agricultura no se inventó súbitamente hace diez mil años. Por el contrario, el autor sostiene que nuestros antepasados, hace 40.000 años, ya tuvieron que ser «protogranjeros a tiempo parcial» por necesidad: por el agotamiento de la caza, debido a la práctica incontenida. Desaparecida la presa, sucumbe el predador, a no ser que se adapte a una nueva forma de vida. Ser protoagricultores es lo que permitió sobrevivir a nuestros ancestros los cromañones; en cambio, los neandertales, por dedicarse exclusivamente a la caza, al extinguir las presas, corrieron su misma suerte.
Así, pues, según Tudge, los neandertales fueron barridos por los sapiens, pero no mediante un genocidio directo. La agricultura quedó como la principal fuente de alimentos. Pero no se trató de una elección, sino de un cambio forzado por las circunstancias. Para Tudge, la vida del cazador es mucho más cómoda y bucólica que la del agricultor, pero su supervivencia es más frágil y dependiente del medio. A propósito de esto, el autor, metido a exégeta, desatina al considerar el trabajo como una maldición bíblica («Comerás el pan con el sudor de tu rostro»).
Tampoco está fino Tudge cuando afirma como cierto que Homo heidelbergensis fue tan antepasado de los neandertales como de los sapiens, cuestión que todavía está en el aire. De todas formas, el propio autor reconoce que lo que afirma en esta obra «no es más que una hipótesis», y para validarla «el tipo de prueba que estamos buscando ha de ser necesariamente difícil de conseguir [puesto que no deja] cambios que se pudieran reflejar en el registro arqueológico».
Cuestiones pendientes
En busca de los neandertales (11) gira en torno a una serie de preguntas básicas que sirven de hilo conductor para la exposición. Los autores, Christopher Stringer y el ya citado Clive Gamble, plantean cuestiones como cuál fue la primera especie humana, si el género humano procede de algún australopiteco, cuál es el origen de los neandertales y el del hombre anatómicamente moderno, si ambos son o no de una misma especie…
Con gran honradez, Stringer y Gamble confiesan que sus respuestas son sugerencias más que certezas. Así, después de explicar cuál fue, en su opinión, el mecanismo conductor de la evolución de la anatomía humana moderna, se preguntan si fue realmente así, a lo que responden: «Simplemente, no lo sabemos». Estudian las posibles causas de la extinción de los neandertales y concluyen: «La verdad es que ignoramos (y quizás siempre ignoremos) los detalles exactos de lo que sucedió».
Otro ejemplo: podemos interpretar los datos arqueológicos para elaborar una imagen de cómo vivían los neandertales, y a ello dedican Stringer y Gamble unas cuantas páginas, pero hemos de ser conscientes que «estas ideas no dejan de ser, por ahora, meramente especulativas».
Destacar las incertidumbres no impide a los autores profundizar en los diversos temas y proponer su propia teoría sobre los neandertales. Para Stringer y Gamble, «eran tan humanos como nosotros», pero constituían una especie distinta de la nuestra que no poseía cultura «en el sentido en el que entendemos hoy este término». Eran «esencialmente homínidos auxiliados en su supervivencia por el uso de herramientas»; unos humanos que «carecían de un lenguaje complejo porque no lo necesitaban», y fueron sustituidos abruptamente por los hombres anatómicamente modernos, lo que no implica un exterminio a manos de éstos.
Se ve, en fin, que subsisten no pocos interrogantes en torno a la evolución humana, como muestran estos libros. La conclusión no es que en paleoantropología todo resulta incierto y nada puede ser establecido de modo fiable. Al contrario, hay muchos temas para los que tenemos explicaciones sumamente plausibles. Sucede que, por la propia naturaleza de la materia, resulta muy difícil dar respuestas definitivas a las cuestiones claves: tanto, que importantes autores empiezan a admitir que en ciertos puntos nunca podremos lograrlo.
Carlos A. Marmelada____________________
(1) Giovanni Carrada. La prehistoria del hombre. Del origen al Neolítico. Editex. Madrid (2000). 125 págs. 10,50 €. T.o.: La preistoria dell’uomo. Dalle origini al Neolitico. Traducción: Cálamo & Cran.
(2) Giovanni Carrada. La evolución del ser humano. Editex. Madrid (2000). 94 págs. 10,50 €. T.o.: L’evoluzione dell’uomo. Traducción: Cálamo & Cran.
(3) Richard Lealkey. El origen de la humanidad. Debate. Madrid (2000). 223 págs. 15,03 €. T.o.: The Origin of Humanlkind. Traducción: Victoria Laporta Gonzalo.
(4) Jaume Bertranpetit y Cristina Junyent. Viaje a los orígenes. Una historia biológica de la especie humana. Península. Barcelona (2000). 171 págs. 13,52 €.
(5) Emiliano Aguirre y Pedro García Barreno. Evolución humana. Debates actuales y vías abiertas. Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Madrid (2000). 169 págs. 12,02 €.
(6) Robert Boyd y Joan B. Sillk. Cómo evolucionaron los humanos. Ariel. Barcelona (2001). 624 págs. 40 € (incluye CD-ROM). T.o.: How Humans Evolved. Traducción: Jaume Bertranpetit.
(7) Henry De Lumley. El primer hombre. Prehistoria, evolución, cultura. Cátedra. Madrid (2000). 154 págs. 9,40 €. T.o.: L’homme premier. Traducción: Alicia Martorell.
(8) Mario Menéndez Fernández. Los primeros europeos. Arco Libros. Madrid (1996). 73 págs. 4,32 €.
(9) Clive Gamble. Las sociedades paleolíticas de Europa. Ariel. Barcelona (2001). 527 págs. 33,99 €. T.o.: The Palaeolithic Societies of Europe. Traducción: Josep Ballart Hernández.
(10) Colin Tudge. Neandertales, bandidos y granjeros. Cómo surgió realmente la agricultura. Crítica. Barcelona (2000). 90 págs. 10,01 €. T.o.: Neanderthals, Bandits and Farmers. Traducción: Mercedes García Garmilla.
(11) Christopher Stringer y Clive Gamble. En busca de los neandertales. Crítica. Barcelona (2001). 277 págs. 7 €. T.o.: In Search of the Neanderthals. Traducción: Oriol Canals.