El repunte de la inmigración en varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), después de cinco años de baja, es uno de los datos más destacados del informe Tendencias de las migraciones internacionales (1999), publicado por la OCDE. Aunque las normas legales tienden a dificultar la entrada, en casi todos los países la población extranjera o inmigrante sigue creciendo, así como el número de nacionalidades representadas.
Dos ejemplos de esta tendencia son Gran Bretaña y Francia. En Gran Bretaña, el número de inmigrantes anuales ha subido de 190.300 en 1993 a 236.900 de 1997. En Francia, de los 99.200 de 1993 se pasó a 75.500 de 1996, pero en 1997 ascendió de nuevo hasta 102.400.
EE.UU. y Alemania siguen siendo los países que reciben más inmigración, con el 58% del total, aunque en 1997 experimentaron una cierta baja. En 1997, EE.UU. concedió 798.400 permisos de trabajo y residencia frente a los 915.900 del año anterior. El elevado número de 1996 se debió al programa de regularización de ilegales. A pesar del descenso de 1997, hay que señalar que en Estados Unidos se registra el porcentaje de población extranjera más elevado desde 1920 (9,3% de la población total).
Por lo que se refiere a Alemania, en 1997 acogió a 615.300 inmigrantes, y su saldo migratorio fue el más bajo desde 1984. En un segundo grupo de países receptores figuran Japón (274.800 inmigrantes), Reino Unido (236.900) y Canadá (261.000).
Entre los trabajadores inmigrantes, los que encuentran menos dificultades para entrar son los altamente cualificados y los temporeros. EE.UU. sigue siendo un gran receptor de inmigrantes cualificados (144.500 en 1996), a los que la ley de inmigración da preferencia. También mostraron una tendencia ascendente en este campo Japón, Inglaterra y Australia.
La llegada de los inmigrantes también se está reflejando en el índice de natalidad. La parte de los nacimientos de extranjeros en el total de nacimientos es el 13% en Suecia, el 13,2% en Alemania, el 12,8% en el Reino Unido, el 9,6% en Francia, el 6,1% en Holanda; casos aparte son los de Suiza (22%) y Luxemburgo (37%), en donde se encuentran muchos trabajadores de instituciones europeas. Excepto en Bélgica y Japón, el porcentaje de nacimientos de extranjeros respecto al total de nacimientos es superior a la proporción de extranjeros en la población total.
En casi todos los países de la OCDE el mayor número de inmigrantes se debe a la reagrupación familiar (familiares que acompañan al trabajador o se reúnen luego con él), sobre todo en Canadá, Francia, EE.UU y Suecia. La inmigración debida a peticiones de asilo es minoritaria, aunque también se ha incrementado en la mayoría de los países. Durante los años 90, Alemania, Reino Unido y EE.UU. son los que recibieron más peticiones de asilo en números absolutos; en proporción del conjunto de población extranjera, Holanda, Suecia y Suiza son los países a los que se dirigieron más peticiones de asilo.
Algunos países europeos de la OCDE (como Alemania y Austria) reciben sobre todo inmigrantes de países de Europa central y oriental y de la ex-URSS; en otros, como Italia y España, aumenta la inmigración procedente de África del norte y subsahariana. En Australia, Canadá y Estados Unidos crece la parte relativa de los inmigrantes asiáticos. Pero las recientes crisis financieras de algunos países de Asia no han provocado flujos importantes de inmigración hacia los países de la OCDE, aunque sí han aumentado los trabajadores extranjeros en situación irregular en países asiáticos.