La novena asamblea ordinaria del Sínodo de los Obipos, que se celebrará en el Vaticano del 2 al 29 de octubre con el tema «La vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo», contará con el número más elevado de participantes en los treinta años de historia de esta institución: un total de 348, de los que 244 son «padres sinodales», con voz y voto, a los que se añaden otros 104 en calidad de «auditores» y expertos.
Un dato significativo es que estarán representados 108 institutos religiosos masculinos y femeninos, y asistirán, como expertos, y no como observadores, siete religiosos y dos religiosas de otras confesiones cristianas (ortodoxos, anglicanos, coptos y luteranos). Así, 218 participantes pertenecen a diversas formas de vida consagrada, mientras que 130 son diocesanos (de los 244 padres sinodales, 114 pertenecen a institutos de vidaconsagrada).
Con estas cifras en la mano, el secretario general, Mons. Jan Schotte, quiso precisar que el Sínodo permanecerá siendo lo que es, una «asamblea mixta, donde el diálogo se desarrollará entre dos componentes: de una parte los obispos y de otra los consagrados, los cuales buscarán promover sólo sus intereses».
El Sínodo se caracteriza también por la amplia participación de mujeres, un total de 59 contando «auditores» y expertos, entre las que figura sor Emilia Ehrlich, ursulina, nombrada por el Papa Secretaria Especial Adjunta de la asamblea. Su misión es ayudar al Secretario General, el P. Marcello Zago, en el asesoramiento al Relator General, el cardenal Basil Hume.
Según Mons. Schotte, los debates del Sínodo se orientarán sobre todo hacia el futuro, a lo que la Iglesia y el mundo esperan de la vida consagrada. La reflexión que ha precedido a la asamblea, cuyas líneas principales están contenidas en el «Instrumento de trabajo» de 150 páginas, «permitirá partir de una conciencia renovada de la identidad de la vida consagrada», para profundizar después en la misión que deberá desarrollar en los próximos decenios.
Sobre algunos aspectos que suscitarán la atención de la prensa, el secretario general del Sínodo señaló que la misión de la mujer en la Iglesia no será abordada en la reunión, pues fue tratada en el sínodo sobre los laicos, pero sí se profundizará en el papel de la mujer dentro de la vida consagrada. En todo caso, «el sacerdocio femenino está totalmente fuera de las cuestiones que van a estudiar los obispos».
Refiriéndose al tema del Sínodo, en la audiencia general anterior a la apertura de la asamblea, Juan Pablo II dijo que «todos los terremotos que pueden agitar la vida de la Iglesia no podrán eliminar la vida consagrada, caracterizada por la profesión de los consejos evangélicos». Al mismo tiempo, «ninguna forma particular de vida consagrada tiene la certeza de la duración perpetua». Comunidades religiosas o institutos «que no se adaptan a su época, o que no tienen vocaciones, pueden verse obligados a cerrar o unirse a otros». Sin embargo, la práctica de los consejos evangélicos, independientemente de las formas que puede tomar, «está asegurada para toda la historia».
En la actualidad, sugún datos de 1992, el número de religiosos en el mundo asciende a 207.625, de los que son sacerdotes 145.441, mientras que el de religiosas es de 875.332. En ambos casos ha habido un descenso que ronda el 10% con respecto al decenio precedente.