La campaña emprendida en Austria en favor de los refugiados de la antigua Yugoslavia ha alcanzado este mes de mayo los 2.000 camiones de ayuda humanitaria. La acción, iniciada desde los comienzos de la guerra en Croacia, está organizada por Cáritas, la televisión estatal y la Cruz Roja. La campaña ha conseguido recoger una suma equivalente a 6.600 millones de pesetas, cantidad considerable si se tiene en cuenta que no se trata de fondos públicos.
Un acierto ha sido el contar la ayuda por camiones. Cada camión cuesta 300.000 chelines (algo más de 3,3 millones de pesetas). Los donativos han llegado de personas, escuelas, parroquias, empresas y asociaciones de todo tipo. Para animar a los donantes, durante estos 22 meses se han incluido anuncios gratuitos en la televisión y en la radio. Otras campañas de promoción han contado con la colaboración gratuita de empresas de publicidad que ceden vallas en las calles de las principales ciudades, imprentas que donan los carteles, periódicos que publican artículos… Cuando se advertía un bajón en los donativos, se impulsaban nuevas estrategias: venta de adhesivos con los símbolos de la campaña, recogida de ropa para los refugiados, etc.
Ha sido un verdadero esfuerzo organizador, caracterizado además por su transparencia. Desde el principio se aclaró dónde se compraba la ayuda. Esta colaboración se distribuye directamente a través de las organizaciones locales de Cáritas en Croacia y Bosnia. Las cámaras de televisión acompañan a los camiones, filman el reparto y entrevistan a los afectados. Otro acierto ha sido que, al estar en contacto con los puntos de distribución, se conocen mejor las necesidades de la población.
El principal promotor de la operación es el presidente de Cáritas en Austria, el joven sacerdote Helmut Schüller. Tan llamativo ha sido el éxito organizador que Schüller ha recibido el premio al mejor joven empresario que la Facultad de Económicas concede anualmente.