Este año, las donaciones en Estados Unidos alcanzarán los 200.000 millones de dólares. En términos absolutos, la cantidad es más del doble que la de hace veinte años, un 40% más que la de hace cinco, y equivale al 2% del producto interior bruto del país.
Según el informe Giving USA 2000, el 73% de los estadounidenses declaran haber hecho algún donativo en 1999. El 43% de las donaciones se destinaron a organizaciones religiosas; el 14%, a educación; el 9%, a sanidad; otro 9%, a servicios sociales; el 6%, a cultura; el 3%, a medio ambiente, y el 16%, a otras causas.
Si se divide a los estadounidenses en cinco grupos iguales en número según sus ingresos, resulta que el 20% más rico proporciona dos terceras partes del total de donaciones. Pero los más adinerados no son los relativamente más generosos: donan entre el 0,5% y el 1% de sus ingresos, mientras que el cuarto grupo (segundo más pobre) dona alrededor del 1,3% de sus ingresos, la proporción más alta.
La inmensa mayoría de las donaciones proceden de particulares. Las personas que más dan, en proporción, son los mayores. Los negros son más generosos que los blancos, y las mujeres solteras, más que los hombres del mismo estado.
A los particulares les siguen en generosidad las fundaciones, y en último lugar figuran las empresas, que solo responden del 6% del total de donaciones. Los donativos de empresas en 1999 fueron el 1,3% de los beneficios. Aunque esta proporción es mayor que la del año anterior, está considerablemente por debajo de la que se registraba en la década de los 80. El descenso parece obedecer a las operaciones para reducir costes a que han obligado las numerosas fusiones y los retrocesos económicos del decenio posterior. Se espera que en 2000 los donativos empresariales alcancen un total de 12.000 millones de dólares -sin contar aportaciones en especie-, pero los autores de Giving USA 2000 temen que se produzca una nueva baja en los próximos años.
Una parte del aumento de donaciones de este año se debe a Internet, dice The Wall Street Journal (21-XII-2000), porque permite a los donantes destinar el dinero a proyectos específicos y realizar cierto seguimiento.