El descenso de la natalidad y de la esperanza de vida, más el aumento de la mortalidad, acentúan el proceso de despoblación de Rusia (ver servicio 90/97). El fenómeno obedece a las malas condiciones de vida de los ciudadanos, tanto físicas como psicológicas.
Desde 1989, cuando nacieron 2,1 millones de rusos y murieron 1,6 millones, las cifras han ido evolucionando hasta los 1,2 millones de nacimientos y los 2,1 millones de defunciones registrados el año pasado, según datos que acaba de publicar el Comité Estatal de Estadísticas. Además, los rusos se mueren antes. La esperanza de vida para los hombres ha bajado de 65 años en 1985 a 60 años en la actualidad y para las mujeres de 74,6 a 73. Si persiste esta tendencia, la población rusa…
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