El arzobispo católico de Moscú, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, ha protestado contra la decisión del Parlamento ruso de preguntar al Ministerio de Asuntos Exteriores qué medidas está tomando para «impedir la expansión del catolicismo» en Rusia y en otros territorios ortodoxos.
Mons. Kondrusiewicz afirma en un comunicado que «los católicos rusos, en cuanto ciudadanos del país, y las estructuras de la Iglesia católica en Rusia son organizaciones religiosas que actúan en conformidad con las leyes y con lealtad a los gobernantes». Recuerda que la Iglesia católica mantiene una actitud de diálogo y colaboración con otras organizaciones religiosas en Rusia, participando en el Comité cristiano de consulta interconfesional.
También colabora con otras organizaciones sociales y estatales en labores de asistencia a los ciudadanos. A la hora de prestar esta ayuda, asegura Mons. Kondrusiewicz, «nunca hemos hecho distinciones sobre la base de la confesión religiosa, la nacionalidad o las convicciones de las personas. Tanto es así que nuestra ayuda siempre es acogida con gratitud por todos».
Por otra parte, el arzobispo de Moscú advierte que el Parlamento «está llamado a manifestar y defender los intereses de toda la sociedad rusa, incluidas las minorías religiosas. Y los católicos rusos forman parte de estas minorías. No queremos pensar que esta cuestión pueda suponer el inicio de una campaña política seria y preocupante. Más bien pensamos que se trata de una serie de incomprensiones debidas a una carencia absoluta de información».
Desde que se restableció la jerarquía católica en Rusia, ha habido acusaciones de que el catolicismo pretende expandirse a costa de la Iglesia ortodoxa. Mientras los católicos invocan la libertad religiosa, por parte ortodoxa existe la idea de que Rusia cae en su exclusiva órbita de influencia. Esta última intervención del Parlamento ruso se interpreta como una nueva maniobra para que el poder político ponga obstáculos a otras Iglesias.