Según un informe publicado el pasado 11 de febrero, en Gran Bretaña las parejas que no están casadas se separan tras el nacimiento de un hijo en mayor proporción que las casadas. La investigación, llevada a cabo por el Centre for Policy Studies, pretende ser una llamada de atención al gobierno sobre la desintegración de la familia en el país.
El informe muestra que el matrimonio va acompañado de mayor estabilidad. Así se ve al comparar la evolución de tres clases de parejas dentro de los cinco años siguientes al nacimiento de un hijo. De las uniones de hecho, más de la mitad se rompen en ese plazo. En cambio, se separan el 25% de las parejas que se casan después de tener un hijo, y solo el 8% de las que estaban casadas desde el principio.
Los hijos -afirma Jill Kirby, autora del informe- son los más afectados por la separación. Así, más del 15% de los niños que viven en familias monoparentales sufren algún tipo de trastorno psíquico, algo más del doble de la proporción que se da en hijos que viven con sus padres. En Gran Bretaña, más del 25% de los niños viven con un solo padre, la mayor tasa de la UE, donde la media es el 14%. Gran Bretaña figura también en cabeza de la UE por el índice de divorcios (2,7 por mil habitantes). Además, en los últimos años el país está experimentando una subida en el número de parejas de hecho, así como en el de nacimientos extramatrimoniales.