Apoyada en los pocos datos conocidos de la vida de Shakespeare y de la que fue su esposa, Agnes Anne Hathaway, la autora compone una novela que destaca por su empeño en presentar a su heroína como un personaje creíble y por huir de concesiones a la mentalidad actual.
A partir de una carta de 1611 en la que Shakespeare le anuncia que vuelve a casa después de muchos años fuera, la narradora recuerda su vida. Habla de la vecindad de su familia con la de los Shakespeare; de la muerte de su madre cuando ella era pequeña; del casamiento de su padre con una mujer viuda de carácter agrio; de sus relaciones con el joven Will, siete años menor que ella; de sus primeros amores y de sus fallidos compromisos matrimoniales, y, finalmente, de cómo acabó enamorándose del inmaduro pero brillante Will.
La personalidad de Agnes, con rasgos externos de Cenicienta con hermanastra pequeña malvada incluida, está perfilada con cuidado: la novela se apoya en eso, en contar cómo va cambiando todo para ella, por fuera y por dentro, con el paso del tiempo. Están bien descritas las condiciones de vida de la época: trabajos del campo, hábitos de comportamiento social, enfermedades y muertes, amenazas que se cernían sobre quienes en secreto seguían siendo católicos, etc.