Se cumplen 70 años de la publicación de Diez negritos, una de las novelas más famosas de la reina del crimen, Agatha Christie (1890-1976), de la que existen nueve versiones cinematográficas, infinidad de versiones teatrales y hasta videojuegos. RBA, donde se han reeditado muchas de sus novelas, lo celebra con una edición especial.
Christie comenzó a escribir novelas policíacas durante la Primera Guerra Mundial, en la que trabajó como enfermera en un hospital del ejército. La primera novela la publicó en 1920. A partir de ese momento, y tras el éxito conseguido, se dedicó a la literatura. En total, publicó 80 novelas y 14 obras de teatro (entre las que se encuentra la popular La ratonera). Agatha Christie ha hecho historia en el género de la novela policíaca, y aún hoy día sus obras siguen leyéndose con interés por la mezcla de entretenimiento y enigma y por la creación de genuinos e interesantes detectives.
En esta novela, procedentes de diferentes lugares de Inglaterra, diez personas han sido invitadas por el misterioso señor Owen a pasar unos días de vacaciones en la Isla del Negro, en la costa de Devon. En la isla les aguardan el mayordomo Rogers y su señora, quienes disculpan la presencia del señor Owen, el anfitrión. Después de la cena, y con el ambiente un poco relajado, una voz como de ultratumba acusa a cada uno de los asistentes, incluyendo a los criados, de la muerte de personas inocentes. Todos han conseguido esquivar a la justicia, que no ha podido demostrar su culpabilidad en los hechos que se citan en ese momento.
Los invitados, confundidos, nerviosos, sorprendidos por las acusaciones, intentan justificar sus actos. Pero como escribió Agatha Christie en otro lugar: “El castigo del crimen siempre me ha fascinado”. En cada habitación de los invitados hay enmarcado un poema titulado “Los Diez Negritos”, una antigua canción infantil que, en su contenido, anticipa de alguna manera las sucesivas muertes que ocurrirán en la Isla del Negro.
La novela, de la que se han vendido diez millones de ejemplares, engancha y se lee con avidez; además, a pesar de prescindir de sus inconfundibles detectives, es una de las mejor construidas por la autora. En Diez negritos sobresale su capacidad para construir una ingeniosa trama, su habilidad para desplegar una serie de variados asesinatos y, sobre todo, su implacable sentido de la justicia.