La revista literaria The Paris Review fue fundada en 1953 por un grupo de escritores norteamericanos que residían en la capital francesa. Más adelante, cuando George Plimpton fue su propietario, se la llevó a Nueva York, donde sigue editándose. Una de las señas de identidad de esta revista de creación es la atención que presta a las entrevistas con los escritores. Se trata de entrevistas densas, trabajadas, en las que los autores reflexionan largo y tendido sobre su oficio. El crítico Ignacio Echevarría ha seleccionado dieciséis entrevistas de las más de trescientas que se han publicado hasta la fecha.
Los escritores explican qué piensan sobre su oficio, las dificultades más habituales, sus primeros libros, los periodos de bloqueo, sus manías y obsesiones, sus lecturas preferidas, el tratamiento de los personajes, la relación con la crítica literaria, el papel de los lectores, el lugar que ocupa la literatura en la actualidad, etc.
El libro se abre con Georges Simenon. Más que centrarse en sus novelas policíacas, en la entrevista se habla de sus otras novelas más literarias y menos comerciales. Simenon, que ha conseguido su fama gracias a la literatura popular, sabe, sin embargo, que “una obra de arte no puede hacerse pensando en satisfacer a un determinado grupo de lectores”. Isak Dinesen aparece como una aristócrata caprichosa, capaz de fascinar con sus narraciones orales a los africanos de su granja. Iris Murdoch está obsesionada con el budismo y una religión sin Dios.
Para Faulkner, la fórmula para ser un buen novelista es talento, disciplina y trabajo, “nunca debe sentirse satisfecho con lo que hace”. Aunque Evelyn Waugh recibe a su entrevistador en un hotel de Londres, en la cama y fumándose un puro, sus respuestas no son nada superficiales: “Un artista debe ser reaccionario. Tiene que oponerse al tono de la época y no caer en él y seguirlo; debe ofrecer cierta resistencia”. A Philip Roth le entrevistan cuando empieza a ser un novelista famoso, y a la escritora Jean Rhys, casi al final de sus días. De Jean Rhys son estas palabras: “Nunca he escrito cuando he sido feliz”. Para el argentino Manuel Puig, “la escritura me ha estropeado el placer de leer, porque no puedo leer de un modo inocente”.
Otros entrevistados son Louis-Ferdinand Céline, Saul Bellow, John Cheever, Hardold Brodkey, Kurt Vonnegut, V. S. Naipaul, Salman Rushdie. Todas las entrevistas están muy pensadas, aunque no todos los entrevistados dan el mismo juego. Algunos demuestran su incapacidad para opinar sobre su propia literatura y a otros no les interesan absolutamente nada los mecanismos narrativos de sus novelas. Pero todas ellas sirven para conocer mejor no sólo las ideas literarias de los entrevistados sino también su visión del mundo.
Aquí, además, no abundan las improvisaciones: todos los escritores revisaron los textos al máximo, afinando sus ideas, valoraciones y opiniones.