Sekotia. Madrid (2006). 286 págs. 16 €.
La trama de esta novela se centra en la relación amorosa de un joven abogado, establecido en la periferia de Madrid y su novia, joven de nacionalidad israelí, que trabaja como recepcionista en una embajada madrileña. Muy enamorados, están decididos a casarse, conscientes de que, católico el uno y judía la otra, habrán de contar con el fuerte peso que tendrá esa diferencia de fe religiosa.
Paralelamente, interviene en la acción un amigo del protagonista, arquitecto de profesión, que se consuela de un reciente fracaso sentimental, con la hija única del acaudalado propietario de una cadena de hoteles. A diferencia de la otra pareja, ninguno de ellos mantiene creencias religiosas y, además, tampoco se preocupan ante el problema de adquirir compromisos permanentes.
La obra, aparecida más de tres lustros después de la última publicada por el autor, muestra, en el fondo y en la forma, rasgos de continuidad con su producción anterior, aunque también se aprecien aspectos renovadores.
Se trata de una novela de tesis, donde la acción externa queda supeditada, en su proceso secuencial, a la exposición de las ideas. Los personajes, más que conversar entre ellos, se «desnudan» psicológicamente ante el lector, en monólogos minuciosa y apasionadamente introspectivos. La problemática argumental, de plena actualidad, se aborda con realismo, desde una perspectiva de profundo análisis existencial, que evoca a escritores clásicos, tales como Camus o Mauriac, a quienes se menciona con cierta frecuencia.
Al lector no le resultarán ajenas las dudas, inquietudes, tensiones y temores que asaltan a los protagonistas. Quizá, en cambio, puede parecerle demasiado compleja e intelectualizada la forma de exponer sus argumentos. El estilo, de frases cortas, se muestra fácil y claro en los pasajes narrativos. Se vuelve, sin embargo, mucho más denso y elevado cuando los personajes trascienden su dimensión de pareja enamorada que mira con ilusión al futuro, para reflexionar sobre el sentido último de la vida, del amor e, incluso, de la muerte.
Se describen episodios, sobre todo cuando la joven israelí afronta su acercamiento al catolicismo, en que los elementos genuinamente literarios, en tanto que ficción, casi desaparecen, para dejar paso a otros más próximos al ensayo. Así, el relato adquiere un carácter más bien intelectual, que podría limitar su difusión entre el público de un nivel lector no muy experto. Aunque, en cambio, puede interesar a otros sectores capaces de identificarse, por madurez y circunstancias sociológicas, con los temas que plantea el autor.
Pilar de Cecilia