Granica. Barcelona (2004). 153 págs. 12 €
La autora de este relato, profesora de Ética aplicada en la Facultad de administración de empresas en la Universidad de Arizona, describe, en forma de cuento, cómo el comportamiento ético es condición para el éxito empresarial. Al protagonista le sigue, como una sombra -y a veces, como «una carga»- un simpático personaje de ficción que va encauzando su vida para que en todo momento se comporte con honestidad. Esto le hará tomar decisiones profesionales arriesgadas, costosas y en muchas ocasiones, incomprensibles.
Las circunstancias profesionales de los personajes que intervienen en el cuento pertenecen a la vida real: el maquillaje de los libros de contabilidad, el uso de información privilegiada Obliga a planteamientos serios sobre nuestro actuar profesional: qué es, en definitiva, lo que pretendemos. En este libro se detalla el viaje de cuatro personas de negocios y muestra que ni la vida ni los negocios son una carrera corta sino un maratón: lo importante no es ir delante al principio -corredor de velocidad- sino ir al ritmo preciso para llegar, con constancia, a la meta -corredor de fondo-. Porque los tres amigos de Edgar, el protagonista, que no llevan la «carga» de Ari (Aristóteles, la conciencia), se están volviendo ricos de una manera muy rápida La autora viene a decir: si quieres llegar a tener éxito profesional, debes tener un comportamiento honesto, aunque en muchas ocasiones implique más exigencia, más trabajo y a veces ir para atrás en la carrera profesional.
En la segunda parte de este libro la autora recoge de forma sintética los principios -10, como los capítulos del cuento- del actuar ético: exigencias que comporta la honestidad, contrariedades, la necesidad de hablar claro .; estos principios van sazonados con experiencias personales de la propia autora, con ejemplos de la vida empresarial americana -Enron, Worldcom, Tyco- y con estudios y encuestas muy ilustrativos. Una encuesta a ejecutivos en 2002 decía que el 72% cree que la honestidad es importante en los negocios; sin embargo, el 82% también confiesa que son poco honestos en sus tarjetas de puntuación de golf; asimismo el 82% también odia a quienes hacen trampa jugando al golf y el 72% cree que el comportamiento en el campo de golf representa el comportamiento en las empresas, lo que no explica del todo por qué el 99% cree que ellos son honestos en los negocios aunque no lo sean cuando juegan al golf.
Miguel Ángel Cercas