Historia de la India

TÍTULO ORIGINALA Concise History of India

GÉNERO

Barbara y Thomas MetcalfCambridge University Press. Madrid (2003). 376 págs. 21 €. Traducción: Ashok Beera y María Condor.

Es un reto compendiar varios siglos de evolución de todo el subcontinente indio. Pero también un buen servicio para el público, que todavía percibe este universo bajo tópicos exóticos y vagos. Entre otras cosas, puede acompañar y dar contexto a la reciente recepción de la literatura (S. Rushdie, A. Roy, R. Mistri, V. Seth) y cine indios (La boda del monzón, de Mira Nair).

Esta historia abarca desde la situación precolonial del siglo XVII (con el imperio mogol en Delhi y el variado firmamento de pequeños reinos y principados) hasta el año 2000. El inicio resulta algo prolijo, al lanzar miradas retrospectivas y abundar en datos. Pero se narran bien los inicios de la Compañía de las Indias Orientales (1600), su sorprendente expansión y la conquista del subcontinente (1660-1750); su dominio político y militar (1750-1857), con criterios netamente mercantilistas. Graves tensiones sociales provocaron la intervención directa del gobierno británico y el establecimiento del Imperio (Raj) y de sus instituciones coloniales, que al mismo tiempo vertebraron y restringieron a la sociedad civil.

Las dos guerras mundiales y la aparición de la carismática figura de Gandhi condujeron a la independencia (1947), con la dolorosa y cruenta separación de Pakistán. La política quedó después dominada durante los cuatro siguientes decenios por un único partido, el Partido del Congreso, con la figura de Nehru, su hija Indira Gandhi y su nieto Rajiv. Su desgaste ha otorgado protagonismo a los partidos nacionalistas hindúes, con lo que se recrudecen las tensiones religiosas, en la última década del siglo XX.

Resultan particularmente curiosos e interesantes los procesos a que dan lugar la mentalidad y la legislación británicas operando sobre el multiforme y abigarrado caleidoscopio religioso, tribal y social de la India. Se produce así la decantación de una minoría musulmana, que tiene arraigo milenario en la India, pero que, por los mismos procesos políticos, acaba segregándose, dando lugar al moderno Pakistán (y a Bangladesh). También las lenguas locales, en competición-emulación del inglés, evolucionan y se consolidan como lenguas modernas escritas (prensa y editoriales). Se consolidan los grupos étnicos y castas, en parte tradicionales pero en parte también concienciados y definidos por la legislación británica creada para ordenarlos. Y algo parecido sucede, curiosamente, con la misma religión hindú, sistematizada y universalizada por los especialistas británicos, que recuperan y establecen sus textos canónicos; después encarnada en figuras angloindias que modernizan su expresión (Vivekananda, Krishnamurti, los Tagore, Gandhi) con influencia cristiana, aunque sólo sea como modelo de referencia.

Contrasta el buen nivel académico del ensayo, que se acompaña de un índice analítico y una selección bibliográfica por capítulos, con una edición algo descuidada en la maquetación, incoherencias en la transcripción de nombres y erratas.

Juan Luis Lorda

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