Anagrama. Barcelona (1994). 331 págs. 2.400 ptas.
Tras el éxito de Nubosidad variable, Carmen Martín Gaite publica ahora La Reina de las Nieves, novela que empezó a escribir en los años sesenta y que ha finalizado ahora, después de sucesivas tentativas.
En La Reina de las Nieves ha intentado escribir una novela más actual -la acción transcurre hacia el final de los años setenta-, con unos personajes aparentemente más cercanos. A la vez, la autora ha dado conscientemente una aureola gótica tanto a la ambientación como a los personajes. «Es una novela romántica, muy espectral -ha declarado Martín Gaite-. La distinción difícil que tiene el protagonista entre la alucinación y la realidad se llega a propagar al lector. Es una novela que tiene bastante de mis raíces gallegas».
Tomando como símbolo el relato homónimo de Andersen, Martín Gaite relata las peripecias de dos personajes procedentes de un mundo burgués e intelectual que viven en una continua crisis de conciencia y de identidad. Leonardo Villalba, el joven e insatisfecho protagonista, heredero de una fortuna tras la trágica muerte de sus padres, ha pasado una temporada en la cárcel por su afán transgresor y por su peligrosa afición a los ambientes turbios. Sila, escritora retirada, el verdadero y romántico amor del padre de Eugenio, poco a poco irá revelando la identidad de caracteres y los secretos que comparte con el enigmático Leonardo. Las dos historias -con adulterios, leyendas misteriosas, nacimientos ocultos, etc.- se irán entremezclando lentamente, hasta la identificación total. Como en otras novelas suyas, en ésta son constantes -y a veces pedantes- las referencias literarias (Ibsen, Camus, etc.) y el repetido recurso a la metaliteratura.
A pesar de su rico y sugerente estilo, la novela cae estrepitosamente en lo forzado y en lo inverosímil. Los personajes no tienen vida; sus conflictos existenciales son lejanos, insustanciales, literarios (en el mal sentido de la palabra); la atmósfera recreada -en la que se mezclan los ambientes sórdidos madrileños con una Galicia rural y etiquetada- es también irreal. Ha elaborado Martín Gaite una novela con unos ingredientes que no son los suyos. Y el resultado hace añorar anteriores obras de la escritora. Más vale, por ejemplo, leer sus Cuentos completos que Anagrama ha vuelto a editar recientemente.
Adolfo Torrecilla