Taurus. Madrid (2000). 388 págs. 2.900 ptas. Traducción: Irene Cifuentes.
Matt Ridley está convencido de que «leer el genoma humano nos dirá más sobre nuestros orígenes, nuestra evolución, nuestra naturaleza y nuestras mentes que todos los intentos de la ciencia hasta la fecha». Pues el genoma puede considerarse como la autobiografía de nuestra especie que ha ido registrando los acontecimientos importantes que ocurrían en la evolución. Para contar esta autobiografía, elige uno de los genes recién localizados en cada uno de los 23 pares de cromosomas humanos, y examina hasta qué punto algunos aspectos de la naturaleza humana están influidos por los genes. Analiza así la vinculación de los genes con la inteligencia, el instinto, el egoísmo, la enfermedad, el sexo, la eugenesia, el libre albedrío… y hasta la política.
Matt Ridley, que ha destacado como periodista especializado en ciencia en The Economist y The Daily Telegraph, sabe mantener el interés del lector. El libro contiene acertadas relaciones históricas de los descubrimientos científicos, en un lenguaje asequible al profano que tampoco defraudará al experto. Y, en un campo con tantos descubrimientos, sus informaciones están bastante actualizadas.
Tras un comienzo prometedor en el que divulga nociones básicas de biología molecular moderna, en los siguientes capítulos es a veces demasiado prolijo en las explicaciones. Sin duda, el libro habría ganado en claridad si hubiera incluido algunos diagramas explicativos.
Como actitud de fondo, Ridley admite que «hay mucho más en cada uno de nosotros que un código genético», aunque también más cosas de las que creemos tienen que ver con el genoma. Sin embargo, su idea del hombre es la de una especie más, que no puede considerarse en modo alguno la cúspide de la evolución, sino «una nota a pie de página en la historia de la vida». Y al discutir el concepto de diseño que se advierte en el genoma, lo achaca más bien al resultado de la evolución que a la acción de Dios.
Otros temas con menos implicaciones filosóficas, como los usos de la biotecnología, las plantas transgénicas o la terapia génica, están enfocados sin estridencias ni alarmismos. También está bien orientado el capítulo sobre eugenesia, en el que critica las prácticas de los siglos XIX y principios del XX, y hace ver el absurdo de una selección basada solo en los genes cuando estos no son completamente determinantes de un carácter cualquiera.
En resumen, Genoma. La autobiografía de una especie en 23 capítulos es un buen libro de divulgación sobre el genoma humano. Pero si el genoma es el manual de instrucciones para construir un cuerpo humano, la autobiografía de nuestra especie debe escribirse también con otros alfabetos.
Julio Coll