Las personas con graves daños cerebrales que no muestran signo alguno de conciencia ni pueden reaccionar a estímulos, no tienen todas el mismo grado de incapacidad. Algunas, como ha descubierto un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, responden a lo que les dicen con actividad neuronal, y tienen mucho mayor probabilidad de recuperarse que las otras.
Un equipo de las universidades de Columbia y Nueva York realizaron este hallazgo en pacientes ingresados en una UCI neurológica que se encontraban en estado vegetativo por distintas causas, como traumatismo, parada cardiaca o hemorragia cerebral. A cada uno (104 en total), poco después de la llegada a la UCI, le hicieron un electroencefalograma (EEG) para registrar la actividad cerebral antes y después de darle unas instrucciones orales a través de auriculares. Primero le decían: “Empiece a abrir y cerrar la mano derecha”, y luego: “Deje de abrir y cerrar la mano derecha”. Ninguno reaccionó visiblemente, como cabía esperar.
Pero los registros del EEG no fueron todos iguales, cosa que antes del estudio era muy difícil descubrir. Los investigadores lo lograron no porque emplearan una técnica nueva de EEG, sino porque analizaron los datos con un ordenador aplicando un algoritmo especial para detectar patrones que los registros ordinarios no delatan. O sea, se sirvieron del machine learning –un tipo de inteligencia artificial– para escudriñar una gran masa de datos.
Así, en 16 pacientes se detectó actividad cerebral en respuesta a las instrucciones orales, como si tuvieran una especie de “conciencia oculta”. Aunque, en rigor, advierten los investigadores, “no está claro si la señal detectada supone que los pacientes reconocieran o entendieran las instrucciones”.
Lo cierto es que esos pacientes presentaron una tasa de recuperación muy superior. Casi la mitad –7 de 16–, al cabo de un año habían experimentado tal mejoría, que podían manejarse autónomamente durante al menos ocho horas diarias. En cambio, de los 88 en los que no se había detectado respuesta cerebral profunda, solo 12 alcanzaron ese nivel de restablecimiento: en proporción, tres veces menos.
El valor de la nueva técnica de análisis consiste en que permite afinar el pronóstico de los pacientes en estadio vegetativo o comatoso. Así, proporciona más elementos de juicio para decidir qué tratamientos aplicar en los primeros días o semanas, que suelen ser cruciales.