Coproducción hispano-italiana rodada en Cataluña usando el inglés y un reparto anglosajón. Cuenta los problemas de aislamiento un niño de ocho años adicto a la violencia que consume en la televisión y en los videojuegos. Bien interpretada, tiene una factura digna, pero su intenso didactismo hace que su explotación comercial sea difícil. Película más para ver en colegios y en reuniones de padres que en una sala comercial.
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