En los 28 años de existencia del Muro de Berlín, más de cien personas murieron intentando saltarlo; pero unos 5.000 consiguieron pasar al otro lado, a través de túneles o por otros métodos más o menos espectaculares.
Michael Bully Herbig, conocido sobre todo por sus disparatadas comedias –su parodia El tesoro de Manitú (2001) es, con 11,7 millones de espectadores, una de las películas nacionales más taquilleras en Alemania–, cambia completamente de registro para dirigir la reconstrucción de un célebre episodio de la RDA, ciñéndose con fidelidad a los hechos y logrando rodearlo de una atmósfera de suspense propia de un thriller.
Con dos tramas breves, editadas en paralelo, el director introduce al espectador en una pequeña ciudad de Turingia, en septiembre de 1979. Por un lado, Andreas Strelzyk, de 11 años, participa en la ceremonia laica “Consagración de la juventud al socialismo”; por otro, un joven intenta fugarse, pero es herido de gravedad por soldados; queda así clara la peligrosidad de tal empresa.
Sin embargo, Peter y Doris Strelzyk no están dispuestos a que sus hijos crezcan en la RDA. Tras un primer fallido intento comienzan a coser, con el matrimonio formado por Günter y Petra Wetzel, un inmenso globo (de ahí el título original Ballon, globo en alemán). Director y guionistas introducen un conflicto más: Frank Strelzyk, de 15 años, acaba de enamorarse de la vecina Klara, cuyo padre trabaja para el servicio secreto, por lo que le cuesta especialmente despedirse de la RDA. Mientras tanto, un coronel de la Stasi va encontrando cada vez más pistas que le acercan a los dos matrimonios.
Con un alto ritmo, valiéndose en parte de secuencias rápidas, Viento de libertad narra las peripecias para obtener la tela suficiente para un globo de 1.245 metros cuadrados, con la policía pisándoles los talones. Mientras apenas se indaga en la personalidad de los protagonistas, la película retrata con detalle al coronel de la Stasi, al que Thomas Kretschmann da vida como oficial inteligente y meticuloso; aunque ofrece alguna crítica al sistema, no cuestiona el régimen. Junto con un diseño de producción que cuida mucho los detalles, tal figura da especial credibilidad a Viento de libertad.