CC: The White House
La mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de EE.UU. ha aprobado, esta vez con apoyo de algunos republicanos, otra acta de acusación contra Donald Trump, a fin de que el Senado lo juzgue y lo destituya. The Wall Street Journal (WSJ) sostiene en un editorial que el impeachment no tiene objeto en este momento y más bien beneficiaría a Trump.
El WSJ consideró en su día dudoso que hubiese base suficiente para el impeachment de 2019, por el intento de Trump de que el gobierno ucraniano buscase trapos sucios en los negocios de Hunter Biden, hijo de su rival, en aquel país. Esta vez cree que Trump incitó a sus seguidores a asaltar el Capitolio y que eso es motivo de impeachment. Pero afirma que procesarlo ahora sería una maniobra inútil que haría más mal que bien.
El objeto de un proceso de destitución es que el declarado culpable deje de ser presidente. Pero eso ocurrirá con Trump en el plazo de una semana, cuando concluya su mandato y sea sustituido por Joe Biden. En ese tiempo es imposible que la Cámara investigue los hechos y que Trump prepare su defensa ante el Senado.
Por tanto, el proceso de destitución tendría lugar cuando Trump ya no sea presidente, cosa que es dudosamente constitucional y en todo caso contraria a la finalidad del impeachment. ¿Para qué serviría? Según los líderes demócratas, para que Trump no pueda presentarse otra vez a presidente. Pero eso exigiría que el Senado, además de condenar a Trump por mayoría de dos tercios, añadiera a la sentencia que se le prohíbe concurrir a las elecciones. Eso no tiene posibilidad de salir.
De hecho, los demócratas exploran otra vía: el artículo 3 de la 14.ª enmienda a la Constitución. Pensado originalmente para los políticos confederados tras la Guerra de Secesión, excluye de los cargos públicos a todo aquel que haya estado “involucrado en insurrección o rebelión” contra los EE.UU. Pero eso requiere una previa condena judicial por rebelión. Como nadie ha acusado a Trump por ese motivo, la idea demócrata equivale a que la Cámara de Representantes suplante a los tribunales, lo que sería contrario a la Constitución.
Para el WSJ, una u otra maniobra tendría dos consecuencias negativas. Primera, mantendría a Trump en el candelero durante meses, le permitiría “adoptar el papel de víctima” y le daría “una tribuna para mover a sus seguidores”. Más vale “dejar que vaya cayendo en la irrelevancia en su retiro de Mar-a-Lago”.
En segundo lugar, el proceso contra Trump en estos momentos “no haría nada para apaciguar la división partidista y podría hacer que Biden perdiera a los moderados que le votaron porque querían que se acabara la turbulenta era Trump”. El WSJ recomienda a Biden que desautorice los intentos de su partido y declare que “su objetivo como presidente es dejar atrás la política de polarización y de aniquilación del adversario, no azuzarla cuatro años más”.