Adam es un tímido adolescente al que le apasiona la gastronomía, pero que ha perdido el gusto por culpa de la esquizofrenia que padece. Además, se siente maltratado por todos: su padre desconocido, su abnegada madre, el nuevo novio de ella, los compañeros, los profesores y los tres imaginarios consejeros que siempre le acompañan: una chica zen, un joven frívolo y un violento individuo. Tras muchos fracasos, Adam es admitido en un colegio católico, donde se hace amigo de una inteligente chica hispana y un amable sacerdote.
Basado en la novela de Julia Walton, el guion de Nick Naveda destaca por su cóctel de comedia y drama, su amplia galería de personajes sugestivos y su honestidad al afrontar la esquizofrenia sin edulcorantes ni histerismos. Por otra parte, dibuja con elegancia el romance juvenil de Adam y subraya con hondura el valor de la religión para encontrar sentido al dolor y seguir avanzando. Así que Thor Freudenthal solo tiene que dar frescura a la planificación y ritmo al montaje, sin perder el tono con los personajes imaginarios y sacando la máxima veracidad al estupendo reparto. Todo eso lo logra con creces, ofreciendo así un filme sugerente y con muy buenas ideas para amar y dejarse amar, sin miedo a mostrar a veces nuestra peor versión.
Jerónimo José Martín
@Jerojose2002