Es difícil contar una historia real tan interesante con tanta desgana y torpeza. Hay muy poco que emocione o interese en estos recuerdos de Guantánamo de un musulmán mauritano acusado de ser una figura clave en los atentados del 11-S.
Las piezas no encajan, a pesar de tener un director especialista en el tratamiento de historias reales como el escocés Kevin McDonald (Whitney, El último rey de Escocia), y los guionistas de la serie Informer o la película United 93. Por no hablar del reparto: cuatro actores imponentes, dos de ellos nominados al Globo de Oro por esta película: Tahar Rahim y Jodie Foster (esta última finalmente ganadora del premio, a pesar de no estar ni nominada a los Oscar). Un desperdicio notable motivado por un guion disperso, caótico e impersonal.