Como si de La Fortuna se tratara, un cazatesoros británico se apropia de un pecio del siglo XVII que el gobierno español reclama y recupera. El contenido va a las bóvedas del Banco de España. Ni corto ni perezoso, el cazatesoros organiza un equipo para violar la misteriosa caja fuerte del banco y recuperar un pequeño cofre que contiene un gran secreto. La cámara acorazada del Banco de España es un milagro de ingeniería, y este equipo solo tiene diez días para organizarse, porque hay que actuar durante la final del Mundial de fútbol de Suráfrica.
Way Down es una entretenida película de robos, bien construida, bien rodada, cuyo principal defecto consiste en haber sido compuesta a base de clichés: montar un equipo de expertos –estereotipos todos ellos–, conseguir planos, infiltrarse en el banco… con las traiciones –y las trolas de guion– de rigor, y con el desafío de tener que actuar durante la duración del partido. Simpático, bien hecho, poco original y, sobre todo, podrían haberle sacado más partido a la localización.