Cuando he empezado a escribir este artículo me ha llegado un mensaje al correo electrónico bastante oportuno: Netflix confirma la tercera y cuarta temporada de Emily en París. Esta serie obtuvo el año pasado dos nominaciones a los Globos de Oro a la mejor comedia o musical y a la mejor actriz principal en esa categoría para Lily Collins. La popular ficción no consiguió ningún premio, pero fue la gota que colmó el vaso.
Según una investigación de Los Angeles Times, más de 30 de los 90 miembros del jurado de estos premios acudieron a París a un viaje de lujo organizado como campaña de promoción de la serie. La Asociación de Prensa Extranjera ya había sido muy criticada en los últimos años por su exclusividad y facilidad para el soborno, pero 2021 era el año perfecto para acabar de hundir en redes sociales una de las galas más mediáticas del mundo.
La catapulta definitiva fue la decisión de la NBC de cancelar su contrato con la gala que emitía y pagaba desde hace años, hasta conseguir duplicar el año pasado el número de espectadores de la ceremonia de los Oscar con un presupuesto de casi 30 millones de dólares. La cadena reconocía su interés en volver a patrocinar los premios en 2023 cuando se haya realizado la reforma en profundidad que necesita esa asociación. Las grandes estrellas del cine de Hollywood no desaprovecharon el momento acusando a la asociación de todo lo que puede matar mediáticamente en el siglo XXI. Tom Cruise devolvió sus tres Globos de Oro (en un acto perfectamente publicitado), Scarlett Johansson recordaba las acusaciones de abusos de varios miembros de la Asociación, y todos parecían clamar al unísono ante la falta de nominaciones en las principales candidaturas para películas presentadas ese año con temática racial: Da 5 Bloods, La madre del blues o Judas y el mesías negro.
Un año después, la gala de los Globos de Oro ha pasado prácticamente desapercibida con unos premios bastante justificados. Spielberg y Jane Campion fueron los grandes triunfadores de la noche con West Side Story y El poder del perro como principales películas premiadas, mientras que HBO ganó a Netflix por goleada con la tercera temporada de La sucesión (mejor serie, actor principal y actriz secundaria en categoría dramática), y Hacks (mejor serie y actriz principal en categoría dramática). Amazon obtuvo también su cuota de galardones con el premio a la mejor miniserie para El ferrocarril subterráneo, del director de Moonlight, y el Globo de Oro a la mejor actriz para Nicole Kidman por la última película de Aaron Sorkin, Being the Ricardos, que cedió el premio al mejor guion a Kenneth Branagh y su esperada Belfast. Por último, el prolífico Lin-Manuel Miranda impulsó con sus canciones los Globos de Oro para Netflix (Andrew Gardfield, mejor actor en categoría cómica o musical por Tick, tick… Boom!) y Disney+ (Encanto, mejor película de animación).
Dentro de unos meses, el 27 de marzo, los Oscar tienen la oportunidad de desmarcarse de una vez de los Globos de Oro otorgando el protagonismo, entre otras, a la última película de Paul Thomas Anderson, Licorice Pizza, ganadora de los premios de la Crítica norteamericana. Aunque lo más esperado es que dentro de un año la pandemia de la indignación de los cineastas sea sustituida por el regreso del público a las salas.