Aunque el 16 de junio de 1943 Berlín fue declarado oficialmente “libre de judíos”, unos 7.000 consiguieron esconderse en la ciudad, de los cuales tan sólo 1.700 sobrevivieron a la persecución, la guerra y los actos de denuncia, también desde su propia comunidad.
La película Stella. Víctima y culpable se centra en Stella Goldschlag: tras ser detenida, tuvo que elegir entre ser deportada a un campo de exterminio –no sólo ella, sino también sus padres– o acceder a delatar a otros judíos. Stella se hizo tristemente famosa por haber delatado a cientos de judíos escondidos.
El guion de la película está basado fundamentalmente en las actas de los juicios a los que Stella Goldschlag se enfrentó después de la guerra. La cuestión es si el rigor documental es suficiente para elaborar un biopic. En este sentido, el filme adolece por momentos de presentar simplemente una sucesión de hechos y de abusar de escenas de sexo explícito.
Con todo, la gran baza de la película es Paula Beer (Frantz, Ondina, La sombra del pasado), probablemente la actriz alemana más destacada de su generación, que realmente consigue retratar a Stella como señala el cartel de la película: “Víctima de un sistema inhumano y culpable a la vez”.