El gobierno camboyano decidió a finales de octubre dictar una “prohibición absoluta” contra la maternidad subrogada. Según el anuncio de los Ministerios de Sanidad y de la Mujer, la prohibición durará hasta que se apruebe una ley que permita “proteger a las madres y a los niños, para evitar que sean objeto de tráfico”.
La falta de normas y los precios bajos habían hecho de Camboya una nueva meca de la maternidad subrogada, tras las restricciones impuestas por otros países de la zona a raíz de revelaciones sobre el “turismo reproductivo” (ver Aceprensa, 24-08-2014 y 8-05-2015). Tailandia dejó sin posibilidades de negocio a las clínicas al limitar la gestación por encargo a parejas casadas, de hombre y mujer, nunca extranjeras, y siempre que no medie fin de lucro. También en Nepal, la maternidad subrogada comercial quedó prohibida por sentencia del Tribunal Supremo en agosto del año pasado. La India ya no la permite para personas solas, parejas homosexuales ni extranjeros.
No se sabe cuándo estará lista la nueva ley camboyana, ni qué condiciones exigirá a la maternidad subrogada. Tampoco se ha dicho qué pasará con las mujeres que actualmente gestan hijos para otros.