Paradójicamente, el futuro de la escuela privada se está escribiendo más en chino que en inglés. Mientras el número de alumnos de la enseñanza privada británica decrece, el régimen comunista chino permite la creación de nuevas escuelas privadas.
En Gran Bretaña, el descenso de la enseñanza privada se advierte desde hace al menos cinco años. El número de alumnos educados en escuelas privadas disminuyó el 6% en 1992; es decir, en unos 7.000 alumnos. El dato, publicado por el Servicio de información de escuelas independientes (ISIS), confirma la tendencia de los tres años anteriores, en los que hubo un descenso del 10% anual.
Los comentarios del periódico The Times sobre el asunto resaltan una especial disminución -que dura ya dos décadas- del alumnado interno de estas escuelas. Y la explicación primordial de los abandonos es que la enseñanza privada se ha encarecido muy por encima de lo que se puede permitir una buena parte de las familias.
Por el contrario, en Pekín se han creado diez escuelas primarias y secundarias privadas durante los últimos tres años, y en las principales ciudades del país han nacido en ese mismo tiempo docenas de escuelas similares. Casi todas están equipadas con instalaciones modernas, son muy caras, con profesores bien pagados, y muchos alumnos son hijos de jefes de empresas, de compañías privadas, de comercios o de empleados de firmas extranjeras; casi todo al contrario de lo que sucede en muchas escuelas estatales, deterioradas en parte por la masificación. (ver servicio 105/93).