La doctora polaca Katarzyna Jachimowicz ha recibido el veredicto favorable de una corte de apelaciones noruega a su demanda contra el despido de que fue objeto por parte de la estatal Clínica de la Familia, en Sauherad, informa el Catholic Herald.
(Actualizado el 11-12-2017)
El motivo del despido había sido la negativa de la especialista, por razones de conciencia, a implantar dispositivos intrauterinos (DIU) a las mujeres que lo solicitaran. Desde 2015, una ley del país nórdico prohíbe a los facultativos abstenerse de proveer servicios de control de natalidad. Se permite la objeción de conciencia para los casos de aborto quirúrgico, pero no así para el resto de los procedimientos, como la implantación de un DIU.
La doctora Jachimowicz, con 23 años de experiencia profesional, se había establecido en Noruega en 2010. Antes de comenzar a trabajar con la Clínica de la Familia había declarado su objeción respecto al empleo de los DIU, lo cual no fue obstáculo alguno para sus empleadores en aquel momento.
Espero que en el futuro las leyes del país guarden más respeto por los derechos humanos
Según contó la especialista al sitio polaco DEON, en Noruega el aborto se realiza a petición de la gestante por motivos a veces triviales, como la falta de recursos, el deseo de estudiar, que la pareja tenga otros planes o que el gestado sea fruto de un encuentro informal. El médico, en ningún caso, puede debatir con la solicitante sobre su decisión. “Nunca –señala– he conocido una situación en que el embarazo en realidad supusiera una amenaza a la vida de la madre”.
La regulación gubernamental que priva a los médicos de invocar la cláusula de conciencia en temas reproductivos, los obliga a preparar y enviar toda la documentación de la paciente que desee abortar al centro médico que realizará la intervención, con lo que ya participan de alguna manera en el proceso.
En el caso de las que quieren implantarse un DIU, los médicos no pueden rehusar. La doctora Jachimowicz, al ser requerida por la clínica para recibir instrucción sobre cómo colocar esos dispositivos, se negó a ello. Dos colegas suyos que sostuvieron la misma postura fueron despedidos. Ella también lo fue, en diciembre de 2015.
La objeción, insuficiente motivo de despido
Tras una primera demanda de la especialista contra el centro médico por despido improcedente, un tribunal dio la razón a este último, tras lo cual la afectada presentó un recurso. El pasado 24 de noviembre, en la sentencia favorable de la Corte de Apelaciones, el juez que examinó el caso determinó que se había violado la libertad de conciencia de la doctora y que, como la paciente pudo haber obtenido el DIU de otro profesional médico, el centro médico no tenía motivo suficiente para despedirle. El ayuntamiento de Sauherad, sin embargo, piensa recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Ante el resultado obtenido de momento, Robert Clarke, director del capítulo europeo de ADF International , organización que defiende la libertad religiosa, ha declarado que “nadie puede ser obligado a elegir entre obedecer a su conciencia y conservar su profesión. El fallo de la Corte de Apelaciones sostiene el derecho a la objeción de conciencia por parte de los profesionales médicos, una prerrogativa protegida por la ley internacional”.
En términos parecidos se ha manifestado el obispo católico Bernt Eidsvig, de Oslo y Trondheim, al calificar la decisión como “una victoria de la libertad de conciencia”.
La Corte de Apelaciones ha sentenciado que se había violado la libertad de conciencia de la doctora despedida por negarse a implantar DIU
La sentencia del Supremo será decisiva
Como era de esperar, la dirección del centro médico no se ha quedado cruzada de brazos. “Han decidido que quieren echar atrás el veredicto y llevar el caso hasta el Tribunal Supremo de Noruega”, explica la Dra. Jachimowicz a Aceprensa en conversación a través de una red social, ocasión que aprovecha para anunciarnos que vendrá a Madrid a inicios de 2018.
La decisión de los directivos de la institución contrasta con la de muchísimos colegas de la especialista: “La mayoría de ellos en la clínica me han apoyado significativamente y me han felicitado por haber ganado el caso ante el tribunal. Han recibido el resultado de modo positivo, incluso aunque no compartimos las mismas ideologías”.
“He tenido asimismo mucho apoyo por parte de la NKLF (la Unión Noruega de Médicos Cristianos), que ha sido de mucha ayuda, tanto en lo espiritual como en lo financiero. Y también he recibido el respaldo económico de la Alliance Defending Freedom, así como de muchas comunidades católicas y protestantes de Polonia y de Noruega”.
Por último, sobre lo que puede significar su caso para otros médicos que se encuentren en situación semejante, nos dice: “No estoy muy segura acerca de la relevancia de mi caso, pero espero que pueda llevar a un cambio de mayor calado en la ley noruega. Creo que será un gran paso para devolver la cláusula de conciencia a la práctica médica. También espero que en el futuro las leyes del país guarden más respeto por los derechos humanos. El veredicto del Tribunal Supremo será un factor decisivo”.