El principal problema que se atribuye a las redes sociales como Facebook –la mayor de todas, con más de 800 millones de miembros en el mundo– es los fallos o abusos de su política de privacidad. Los organismos reguladores están apretando las tuercas, como muestran exigencias recientemente impuestas en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, para algunos jóvenes veinteañeros, “digitales de nacimiento”, el inconveniente no es la difusión indebida de datos personales, sino la pérdida de intimidad en otro sentido. Abandonan Facebook porque ven que les hace perder la relación cara a cara con sus amigos.
La Comisión Europea ha exigido que se borren todos los datos de los usuarios cuando se dan de baja de Facebook
Hoy, cualquiera con un mínimo de conocimientos de Internet puede acceder a información personal de media humanidad gracias a Facebook y demás redes sociales, que la contienen, y a los buscadores como Google, que permiten encontrarla. El avance y la extensión de estos sistemas han sido tan rápidos que las leyes van muy rezagadas.
En el caso de Facebook, solo tras seis años de actividad se empieza a establecer regulaciones específicas. Las quejas de los usuarios han hecho que en Estados Unidos y Europa, la red social por excelencia sea mirada con lupa por las autoridades. De momento, los responsables de la compañía han respondido y ya han empezado los cambios.
El próximo punto conflictivo en relación con la privacidad en Internet será el reconocimiento facial
Más protecciones de la privacidad
Primero intervino la Comisión Federal de Comercio (CFC) de Estados Unidos, el pasado mes de noviembre. Muchos de los usuarios se quejaban de que la red social modificaba con frecuencia aspectos de la política de privacidad sin el consentimiento de los implicados y sin avisarles siquiera. A partir de ahora, Facebook tendrá que obtener la aprobación expresa de sus miembros cada vez que quiera introducir un cambio que afecte retroactivamente a la gestión de los datos personales. Además, la compañía ha firmado un acuerdo con la CFC por el que ésta supervisará su política de privacidad durante los próximos veinte años.
En el mes de diciembre, Facebook ha respondido a las críticas de la Unión Europea. En conformidad con el análisis de la Comisión Irlandesa de Protección de Datos, la red social introducirá más cambios para proteger la privacidad de sus miembros. Muchas veces, los problemas que tienen los usuarios son por falta de conocimiento de la herramienta. Para evitar esto, la plataforma muestra ahora notificaciones adicionales sobre cómo se usan y comparten los datos, incluso a terceros. La nueva opción, tomada de Google+, de clasificación de los amigos en círculos según el tipo de amistad, facilita también la protección de información.
Otro cambio que ha exigido la Unión Europea es el derecho a “desaparecer” cuando los miembros dan de baja su perfil. Hasta ahora, el usuario podía reactivarlo con solo volver a introducir la contraseña y los buscadores seguían indexando la información y las fotos. A partir de ahora, la red social está obligada a eliminar todos los datos de los usuarios que se den de baja.
“Llegó un momento en que ya no llamaba a mis amigos”, dice una joven que abandonó Facebook
La investigación llevada a cabo por la Comisión Irlandesa ha confirmado también las buenas prácticas llevadas a cabo por Facebook en otros campos, por ejemplo, que la segmentación de la publicidad sólo se hace en función de los intereses públicos de los usuarios, o que las aplicaciones adicionales no pueden acceder a los datos a los que el usuario no da su consentimiento.
Busca esa cara
La Agencia Española de Protección de Datos se ha mostrado conforme con las conclusiones del informe, pero pide que Facebook se adapte a la normativa nacional, que exige una edad mínima de 14 años para acceder a una red social. Actualmente, se requiere ser mayor de 13 años, que es lo que piden la mayoría de los países.
Sin embargo, la Justicia internacional tiene todavía un tema pendiente en su camino hacia la transparencia de las redes sociales: el reconocimiento facial. Tres grandes gigantes de la tecnología –Google, Facebook y Apple– ya han adquirido plataformas para desarrollar esta nueva aplicación. A través de ella, se pueden buscar personas en Internet con solo una foto de su cara, igual que si introdujéramos su nombre.
Facebook ofrece ya la opción de reconocimiento facial automático para etiquetar de una sola vez grupos de fotografías; pero, para no dar lugar a equívocos, de momento muestra notificaciones adicionales hasta que los usuarios aprendan a utilizar la herramienta. Esto supone un nuevo reto para la legislación; esperemos que no tarde otros seis años en resolverse.
Jóvenes que se van de Facebook
Otro aspecto de los problemas con la privacidad es el que ilustra el caso del joven norteamericano Tyson Balcomb, que un día tuvo un encuentro casual en un ascensor. Coincidió con una mujer a la que no había visto en su vida, pero que reconoció en seguida y de la que sabía muchas cosas –cómo es su hermano mayor, su ciudad natal, dónde había pasado sus últimas vacaciones…– gracias a que tenían varios amigos comunes en Facebook. Este hecho le hizo reflexionar; decidió dar de baja su perfil, y hoy es un convencido de las ventajas de no estar “enredado”. El New York Times se ha hecho eco de algunas historias de jóvenes que, como Tyson, han decidido abandonar Facebook.
¿Por qué hacen eso precisamente jóvenes a los que les gusta la tecnología y la dominan? Una de las respuestas que más se repiten es que durante el tiempo que han estado en la red social, sus relaciones personales se han devaluado. Ashleigh Elser, una estudiante de 24 años, afirma: “Llegó un momento en que ya no llamaba a mis amigos. Solo veía sus fotos y las actualizaciones, y creía que eso era estar realmente conectada con ellos”.
La principal cualidad que se atribuye a tener un perfil es que sirve para establecer lazos más estrechos entre personas del mismo entorno: ser el primero en ver las fotos del hijo de A, de la boda de B, etc. Sin embargo, a veces esa cercanía no se corresponde con la realidad. Incluso ese exceso de información sobre personas que están más lejos puede llevar a descuidar las relaciones con las tenemos cerca. El número medio de amigos en Facebook es de 150, pero una persona es incapaz de mantener una relación familiar o de amistad, más o menos íntima, con tanta gente a la vez.
El éxito de Facebook prueba a todas luces que los “desertores” son una exigua minoría. Pero que sean jóvenes lleva a plantearse si no serán los pioneros de una tendencia.