Utah se ha convertido en el primer territorio de Estados Unidos que aprueba un programa de cheque escolar para todos los alumnos de escuelas públicas. El programa pasó el último trámite legislativo, la firma del gobernador, el pasado 12 de febrero, después de seis años de debate parlamentario.
La ley establece que todos los alumnos de colegios públicos reciban un cheque por valor de 500 dólares anuales -los que procedan de familias con bajos ingresos podrán recibir hasta 3.000 dólares al año- para pagar la matrícula del colegio que elijan sus padres, público o privado, confesional o no.
Los analistas educativos prevén que Utah podría destinar 9.300 millones de dólares para poner en marcha el programa el próximo curso. De forma que unos 3.000 estudiantes ya podrán elegir colegio el primer año.
Según Robert C. Enlow, promotor de la libre elección de escuela a través de varias organizaciones, la ley «no es una solución para los colegios que van mal sino una respuesta a las familias que piensan que elegir escuela es un derecho» («Education Week», 13-02-2007). Y añadió que «una vez que la libertad universal de elección de escuela se ha convertido en ley en un estado, también otros lo harán».
Hasta ahora otros estados han ensayado programas parciales de cheque escolar (ver Aceprensa 111/06), dirigidos a niños con necesidades educativas especiales o a alumnos de determinadas ciudades. Utah también había aprobado uno para estudiantes con discapacidades (ver Aceprensa 30/05), pero ahora lo ha extendido a todos los alumnos del estado, excepto a los que ya van a un colegio privado, salvo que la familia demuestre tener bajos ingresos.
En este sentido, la decisión de Utah ha sido una sorpresa ya que la enseñanza privada es prácticamente testimonial en el estado. Solo el 3% de los alumnos -unos 15.000- estudian en colegios privados, que no son más de 100 y en los que la matrícula anual asciende a 3.800 dólares por término medio. En cambio, la media de Estados Unidos es del 10% de alumnos en colegios privados.
La razón de esta disparidad está en que alrededor del 60% de los 2,5 millones de habitantes de Utah son miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones). Esta iglesia no tiene escuelas privadas y no ha tomado parte en el debate sobre el cheque escolar.
No obstante, la organización sin ánimo de lucro Children First Utah, que concedía cheques escolares a familias con pocos ingresos, ha distribuido este curso 375 cheques pero tenía 2.000 solicitudes. Junto con esto, hay unos 20.000 alumnos en las 51 «charter schools» del territorio y unos 8.540 en las llamadas «home schools», grupos de familias que se ponen de acuerdo para enseñar a sus hijos en casa. Todos estos datos revelan, según Elisa Peterson, directora de Parents for Choice Education, que «hay muchos padres que buscan algo más para sus hijos».
Las escuelas privadas existentes tienen capacidad para absorber a unos 6.000 estudiantes más, según un estudio de la Universidad del Estado de Utah. Las 14 escuelas católicas podrían admitir a unos 200 alumnos más, según datos de la diócesis, y prevén que solicitarán el ingreso mayoritariamente alumnos hispanos cuyas familias desean que estudien en ellas pero no pueden permitírselo.
ACEPRENSA