Contrapunto
Durante la Guerra del Golfo, la prensa se hizo eco en grandes titulares de catastróficas predicciones de expertos sobre las consecuencias ecológicas del conflicto. Una de las más repetidas fue que los incendios de los pozos de petróleo por parte de Irak cambiarían el clima del planeta.
Ahora, una pequeña noticia perdida en un rincón del periódico informa de que, según un estudio publicado por el Programa de Medio Ambiente de la ONU, el humo producido por esos íncendios no ha tenido ningún efecto apreciable en el clima de la Tierra. Este informe actualizado sobre los efectos medioambientales de la guerra afirma: «Al haberse mantenido a una baja altitud, que nunca superó los 6.000 metros, el humo producido por el incendio de los pozos de petróleo no tuvo ningún efecto en el clima global». También dice que la contaminación producida no llegó a ser tan grave como para causar agudos problemas de salud, si bien los efectos a largo plazo no se conocen todavía. También podría decirse que a corto plazo el mayor perjuicio fue la ansiedad psicológica producida por infundadas predicciones catastrofistas.
Juan Domínguez