Contrapunto
Los esquimales y otros indígenas del Ártico han enviado una delegación al Parlamento Europeo para protestar contra las restricciones de la Comunidad Europea al comercio de pieles de animales salvajes. Las medidas fueron incluidas en un proyecto de reglamento con el fin de proteger la fauna y la flora salvajes. Pero los esquimales alegan que su economía está basada en el comercio con pieles e insisten en que se trata de especies no amenazadas de extinción (castores, ratas almizcleras y algunas especies de focas). Esta postura indígena ha caído como un jarro de agua fría del Ártico sobre los grupos ecologistas que propugnan una prohibición total de la caza de estos animales. Los indígenas, alabados otras veces por vivir en armonía con la naturaleza, invocan ahora su ancestral modo de vida amenazado por el proteccionismo ecologista. Y es que también es una amenaza que el hombre blanco intente abrigar su buena conciencia con la piel de los esquimales.
Ignacio Aréchaga