Una sentencia, dictada el 3 de febrero por el Tribunal Superior de British Columbia, desestima la petición de la familia de Margaret Bentley –una enferma de alzhéimer, de 82 años–, que reclamaba a los responsables de la residencia donde está que dejaran de alimentarla. Según la familia –su segundo marido y los hijos–, si Margaret fuera consciente de cuál es su situación y pudiera hablar, rechazaría estos cuidados. Sin embargo, los denunciados alegaban que la enferma aceptaba la alimentación de forma natural, y que ellos estaban obligados a proporcionársela. Además, explicaban que la paciente no está en fase terminal y que la retirada de la hidratación y la alimentación le produciría dolores innecesarios.
En 1991, antes de ser diagnosticada …
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