ARCO 2021. La necesidad de reavivar el mercado del arte

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Galerías, artistas, marchantes, coleccionistas y amantes del arte se dieron cita en ARCOmadrid 2021 del 8 al 11 de julio. El cuarenta cumpleaños de la Feria se vio condicionado por la reducción del aforo a un 50% y por un estricto protocolo de seguridad e higiene. Con un formato reducido, ARCO se mantuvo fiel a los tres principios que vertebran la esencia del evento: la calidad de las obras, la internacionalidad y el apoyo de coleccionistas locales e internacionales. En referencia a la pandemia, comentaba Maribel López, directora de ARCO: “No es otra Feria, es otro momento”.

Cuando ARCO inició su andadura, era la época de la Movida Madrileña, y la capital española se convertía así en una de las ciudades vanguardistas del momento. La creación de una Feria de Arte Contemporáneo con proyección internacional fue un reto y un logro que debemos a su fundadora (la galerista Juana de Aizpuru), una visionaria y gurú del arte que supo reunir tendencias de todas partes en un encuentro anual que, además de exhibición y reflexión, es mercado de arte. Desde entonces, Madrid se ha consolidado como un referente artístico internacional y la Feria ha ido creciendo: prueba de ello es la creación de ARCOLisboa.

Para Maribel López, “ARCO es una plataforma de generar oportunidades y de conectar personas con ideas y obras con pasiones”. Este año la Feria contó con la participación de 130 galerías de 26 países. De ellas, 105 conformaban el Programa General, otras 10 participaban en las secciones comisariadas de Opening y, por último, 15 galerías se destinaron a REMITENTE, Arte Latinoamericano.

Visión poliédrica

“Los espejos se emplean para ver la cara; el arte para verse el alma”, decía Bernard Shaw. ARCO es el mejor espejo para mirar la actualidad del arte y el alma de la sociedad. Vivimos un momento donde prácticamente todo puede llegar a ser tendencia, donde cada obra es única y diferente, y donde el antagonismo no hiere. Se ha instalado una visión poliédrica del arte y se ha extraviado el dictado de la moda.

Perderse en ARCO es siempre un placer, es una borrachera de arte, es descubrir obras inesperadas: unos vidrios medio rotos en el suelo, unas sillas aplastadas que vuelan por el aire o intentar comprender el significado de provocaciones que buscan el impacto. Entre tanta variedad, el visitante también puede encontrar la obra más esperada: este año ha sido el homenaje que Agustín Ibarrola realizó en 1977 al Guernica de Picasso para reivindicar el traslado de la obra desde el Moma de Nueva York al municipio vizcaíno. Se trata de un gran mural de diez metros de ancho por dos de alto exhibido por la galería José de la Mano y que finalmente lo adquirió el Museo de Bellas Artes de Bilbao por 300.000 euros; por otro lado, el Museo Reina Sofía compró los 18 dibujos preparatorios (que también se exhibían), que pasarán a formar parte de sus fondos.

“El Guernica”. Agustín Ibarrola

Hablar de ARCO es hablar de diversidad. Esta edición, a causa de las complicaciones derivadas de la Pandemia, ha traído una muestra más reducida que en otras ocasiones y con algunas ausencias notables. No obstante, el espectador se encuentra con artistas consagrados como Tapies, Miró, Millares, María Blanchard, Antonio Saura, Manolo Valdés, Eduardo Arroyo, Juan Genovés, Jaume Plensa, Cristina Iglesias, Juan Muñoz, Chema Madoz y un largo etcétera. También es destacable la importante representación de galerías europeas de reconocido prestigio como Chantal Crousel (París) o Krizinger (Viena), y otras catorce de seis países. A estas se suman algunas procedentes de otros continentes como Dvir (Tel Aviv) o Movart (Luanda), así como galerías latinoamericanas de Cuba, Uruguay, Guatemala, México, Colombia o Argentina.

 

“Minna”. Jaume Plensa

La sección Proyectos de Artista apostó por 25 obras realizadas por mujeres con la intención de dar visibilidad a las creadoras. “Esta novedad ha venido para quedarse”, comentó Maribel López. Entre las artistas que expusieron, destacan Johanna Calle, Fernanda Fragateiro, Inma Herrera, Isabel Villar, Mari Chorda, Rebecca Ackroyd, Anastasia Samoylova, Leylâ Gediz, Verónica Vázquez, etc.

Arte llegado de Latinoamérica

Nadie puede poner en duda que la crisis sanitaria covid-19 ha marcado el ritmo de la Feria; este año, por ejemplo, no hay país invitado. La apuesta de ARCO 2021 ha sido REMITENTE, Arte latinoamericano. Es una sección que nace con el objeto de apoyar y dar visibilidad a las galerías que no han podido estar físicamente en la Feria y que han sido representadas por los artistas. Hispanoamérica también estuvo presente en el Programa General. Ambos espacios (REMITENTE y el Programa General) sumaron un total de 24 galerías que supusieron el 32% de la participación internacional (teniendo en cuenta que la participación internacional total fue del 55%). Esto no es un dato frío: viene a constatar la creciente importancia del arte latinoamericano en ARCO.

Mariano Mayer, comisario de REMITENTE, confiesa que ha sido un trabajo muy arduo llegar al momento del encuentro en la Feria. Hubo que agudizar el ingenio, cuenta, ya que las galerías no pudieron viajar a Madrid; por lo tanto, tuvieron que exponer piezas que no requerían ser trasladas desde el continente americano; incluyeron obras que ya se encontraban en Europa, otras en formatos digitales e, incluso, algunas fueron montadas in situ a través de sus instrucciones. De ahí el nombre de esta sección, REMITENTE, en alusión al envío.

REMITENTE exhibió esculturas, dibujos, pinturas, fotografías, vídeos, instalaciones y obras gráficas de 19 artistas de Latinoamérica. Entre ellos destacan Raúl Zurita, Héctor Zamora, Jimena Croceri, Fernanda Laguna y Natalia Iñigiz entre otros. Además, contó con la participación de 15 galerías, como Aninat y Die Ecke, de Santiago de Chile; Arróniz (Ciudad de México); Casa Triângulo y Luciana Brito, de São Paulo; Barro (Buenos Aires).

De entre todos los artistas del espacio REMITENTE, hemos elegido para detener nuestra mirada a Glenda León, una mujer que trabaja la simbiosis de la naturaleza (sol, lluvia, estrellas…) y el sonido (las cuerdas que forman parte del cuadro se convierten en instrumentos musicales que se pueden tocar). Es, a todas luces, un regalo poético y sensorial que irradia paz. Otro regalo con el que nos deleitamos es el que ofrece Felipe Mujica: un conjunto de serigrafías únicas sobre papel con imágenes cerradas en geometrías coloristas, con un acabado muy pulido y vibrante que nos retrotrae a la estética del Op Art.

“Serigrafías”. Felipe Mujica

Desde el otro lado del charco, la Feria madrileña está muy bien valorada y se equipara a otras similares como Argo en Colombia, S P en San Paulo, ArteBA en Buenos Aires, Chaco en Chile o Zona Maco en México. En palabras de Mariano Mayer: “La presencia de Latinoamérica en Arco supone una puerta de entrada a Europa”.

Premios

Siguiendo nuestro itinerario por ARCO y dejando atrás las galerías, encontramos más actividades dentro de la Feria; como expresó Maribel López son “otros momentos” que completan el significado del encuentro. El espacio Ars Libris, como dice la propia directora, “es casi una Feria dentro de otra Feria”. Se trata de una sección dedicada a los libros de artista, aunque también es un aprendizaje para los coleccionistas neófitos.

El Foro ARCOmadrid es el lugar para el debate sobre la actualidad creativa y el mercado del arte. Este año gira en torno a tres líneas de trabajo: la sostenibilidad, el futuro del mercado en las ferias de arte y, por último, hacia dónde se dirige la creación.

“Naturaleza Muerta Tornados”. Marina Núñez. Premio Beep de Arte Electrónico

Pero si hay un momento mágico en ARCO es la entrega de premios. Es una manera de reconocer e impulsar la labor creativa de los artistas. Entre los galardonados destacan Julia Huete, Esther Gatón o la galería Alarcón Criado (un premio de reciente creación al mejor stand). Digno de mención es, también el premio BEEP Electrónico que fue otorgado a Marina Núñez por su obra “Naturaleza Muerta Tornados”. Una nueva interpretación de un tema tan clásico cómo el bodegón barroco, cuya modernidad viene dada por el movimiento interior que adquieren los tornados (activados a través de vídeos) y la imagen hiperrealista de los jarrones de plata con todo tipo de detalles… Drama y belleza se aúnan a un mismo tiempo en esta composición.

Para finalizar el recorrido, resaltamos la importancia del espacio arquitectónico adaptado, con pasillos más anchos y espacios de encuentro ante las galerías. La Sala Vip, encargada al ganador del concurso anual convocado por ARCO, fue diseñada por Studio Animal, Gonzalo del Val y Toni Gelabert. El proyecto “Exit” recogió el sentimiento común de la gente tras tres meses de confinamiento, expresando la necesidad de salir, de volver a la naturaleza. Dicho espacio recreaba un gran bosque compuesto por 100 abedules donde siempre es de día; se trata de un paisaje irreal y utópico coronado por un gran sol de atardecer permanente, una ensoñación.

“Exit”. Studio Animal, Gonzalo del Val y Toni Gelabert

Trabajar por el arte siempre es un placer, es hacer más humano y habitable el planeta.

Mercedes Sierra
@Sierra6Mercedes, @atreveteconelarte

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