Si hablamos de Van Gogh, Cézanne o Dalí, la mayor parte de los lectores sabrá que nos estamos refiriendo a grandes artistas. Es más, sabrán nombrar muchas de sus obras e incluso reconocerlos en una fotografía. Han pasado a formar parte del elenco cultural general. Sin embargo, si mencionamos a Marcel Duchamp (1887-1968), probablemente serán muchos menos quienes sepan decir quién es o identificar su rostro alargado. Sin embargo, este creador fue decisivo en el curso del arte contemporáneo.
Tampoco suele ser habitual poder nombrar algunas obras de Duchamp, aunque quizá sí una, Fountain (1917), de la que este año se cumple el centenario. Por si el título no fuera suficiente, avanzo una breve descripción: se trata de un urinario masculino inve…
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