El Kindle de Amazon, aparato que permite comprar y leer libros en formato electrónico (ver Aceprensa 130/07), ha agotado existencias. Buena noticia para la librería virtual y también para los amantes de las nuevas tecnologías y por los ecologistas defensores de los bosques. Pero si el libro de papel se ve atacado, las que tiemblan son las editoras. Todas intentan adaptarse a la nueva realidad, pero temen que Amazon saque partido de su éxito y reclame ventajas comerciales. Este ha sido uno de los temas candentes de la última feria del libro de Estados Unidos que concluyó el primero de junio en Los Ángeles.
El nacimiento del libro electrónico se remonta al ya lejano 1968, pero ha recibido más atención a partir de 2000, cuando Stephen King vendió a través de Internet 600.000 copias de Riding the Bullet, en dos días. Pero según Carolyn Reidy, directora ejecutiva de la editorial Simon & Schuster, “ahora estamos finalmente en el punto de inflexión”.
Aunque Amazon no hace públicas sus cifras de ventas de los aparatos, en Los Ángeles algunos calculaban 10.000 unidades de Kindle vendidas desde que se lanzó en noviembre. Lo que indica una buena aceptación, sin llegar a las cifras de best sellers. Sumados a otros lectores electrónicos como el Sony Reader -disponible desde 2006-, las estimaciones cifran en 50.000 el número de total de aparatos lectores en el mercado estadounidense.
Casi todos los editores en este país reconocen que sus ventas de libros electrónicos están creciendo mucho. Carolyn Reidy declaraba recientemente a International Herald Tribune (5-06-2008) que esperaba que las ventas de libros electrónicos crecieran un 50% este año, tras subir ya un 40% en 2007. Además reconoció su intención de convertir cinco mil títulos nuevos en formato electrónico este año, lo que supone más del doble de los hasta ahora digitalizados. También David Shanks, de Penguin, dijo que su empresa vendió más libros electrónicos en los cuatro primeros meses de 2008 que en todo el año pasado.
Libros sin papel
Los autores discrepan sobre la cuestión de si el libro electrónico fomenta también la compra de libros de papel. Mientras Jeff Bezos, consejero delegado de Amazon, afirma que “algo que dura ya quinientos años no es fácil de sustituir”, y que “los libros son tan buenos que no se pueden eliminar”, el editor David Shanks opina que “no parece que la gente compre las dos versiones: creo que asistimos a un caso de canibalismo”.
En la discusión entraron autores como el novelista Ray Bradbury, que aseguró en Los Ángeles que “no hay futuro para los libros electrónicos porque no son libros”. Una encuesta de Zogby y Random House mostraba cómo este avance del e-book se está dando de momento solo en las generaciones más jóvenes: aunque el 82% de los sondeados declararon preferir aún el libro impreso, un 13% de los menores de 30 años se mostraron dispuestos a leer libros electrónicos o en la red.
Sea como fuere, los miedos de las editoriales vienen a raíz de los precios de venta. Amazon vende libros para Kindle a 9,99 dólares (unos 6 euros) o incluso menos. El precio de los libros en papel suele ser un 25% mayor. Las editoriales dicen que se suelen vender libros electrónicos a Amazon por el mismo precio que los libros físicos, o sea alrededor del 45-50% del precio de venta. De aquí que los editores teman que, con el éxito de implantación del soporte Kindle, Amazon presione para que las editoras bajen sus precios de venta de libros electrónicos
Intentos en España
En España, todavía el lector de libros electrónicos no está apenas presente, aunque sí existen empresas que empiezan a dar pasos en el sector. El Papyre 6.1 es un libro electrónico distribuido en España por la empresa granadina FacThor Innovación: se trata de un dispositivo de tinta electrónica, por lo que, en las mejores circunstancias, la calidad del texto se acerca bastante a la de un libro real sin que la pantalla esté iluminada, en un intento de hacer la lectura más cómoda.
También encontramos sitios como Leer-e, con informaciones y ofertas; o Todoebook, que explica las características de los textos electrónicos y los ofrece en venta. También dispone de una sección de textos digitales de acceso gratuito para familiarizarse con su manejo y ventajas.
José María García Jiménez, director comercial de Publidisa, una empresa que ofrece servicios a las editoriales, declaraba recientemente a La Vanguardia (25-05-2008) que cree que el e-book aún no está en condiciones de competir con el formato en papel. En cambio, opina que su implantación podría ser más rápida en obras de referencia, enciclopedias, textos científicos o profesionales. “Es cuestión de tiempo -sostiene-, pues se está investigando a marchas forzadas y tal vez en pocos años se invente el formato ideal, el que tenga todas las ventajas del libro papel y sume las capacidades del electrónico”. Lucía Fournier, también de Publidisa, sostiene que, mientras tanto, sería recomendable que los editores se preparen para prevenir la piratería de libros digitales.