Ensayista, poeta, novelista, traductor, fue un excelente conocedor de la literatura inglesa y francesa
Tengo en mis manos el último poemario de Carlos Pujol (1936-2012), El corazón de Dios, que me remitió el pasado otoño, con una dedicatoria entrañable. La noticia inesperada de su fallecimiento, me trae a la memoria una calurosa mañana de agosto en que lo conocí al coincidir ambos en una de las mejores librerías barcelonesas. Con buen humor, anotó mi nombre en una pequeña agenda, porque consideraba que los lectores de sus libros serían pocos y se merecían alguna atención por parte del autor. En noviembre de 2009, me correspondió presentarlo con motivo de una actividad organizada por un colegio mayor madrileño, en la que habló de su obra y …
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