En 1999 se publicaron en España 59.174 libros (incluidos 5.700 folletos y excluidas reimpresiones), un 6,1% más que en el año anterior. Pero la tirada media, 4.048 ejemplares por título, fue un 4,7% más baja que en 1998. Estas dos tendencias opuestas caracterizan la edición española en los últimos años, como señala un estudio recién hecho público por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El número anual de títulos publicados en España asciende de forma ininterrumpida desde 1996. Las tiradas no han bajado de modo continuo, pero la tendencia general en los últimos veinte años es a menos: en 1980 fue de 9.222 ejemplares por título, y en 1992, de 5.104.
Cerca de un tercio de los títulos son de literatura, incluyendo obras de creación, estudios y libros de texto. Las otras materias con más títulos son Derecho (7,2% del total), ingeniería y tecnología (5,9%), e Historia y biografías (5,3%). Sin embargo, los títulos de mayor tirada media (casi 8.000 ejemplares) no son los de ninguna de esas materias, sino los de economía doméstica. De los de literatura (creación o estudios) se tiraron 5.700 ejemplares por título. La menor tirada media corresponde a las obras de sociología o estadística (1.310 ejemplares).
El 12,2% de las obras editadas en 1999 son traducciones, en su mayoría (60,8%) del inglés. En cuanto al idioma en que se publicaron los libros, el principal es el castellano (78,5% del total de títulos). Siguen el catalán (11,8%), el gallego (1,8%) y el euskera (1,7%).
La venta en librerías supone el 61,3% del volumen total, según otro informe, de FANDE, la entidad que agrupa a los distribuidores. Las grandes superficies, que parecen amenazar a los libreros, no hicieron más que el 23,9% de las ventas.
A la vista de los datos sobre producción de libros, resulta que la edición española es la quinta del mundo y la tercera de Europa. Pero las cortas tiradas indican que a la potencia editorial no corresponde una afición pareja de los españoles a los libros. Lo que es confirmado por una encuesta del gremio de editores, según la cual la mitad de los adultos españoles no lee libros. La abundante producción de títulos y la escasez de lectores contribuyen también a que en España las obras se descataloguen al cabo de solo tres o cuatro años, por término medio, mientras que en otros países los libros tienen una vida mucho más larga (20 años en Francia, 18 en Inglaterra, 15 en Alemania).
¿Cómo se editan tantos libros en un país con tan pocos lectores? Parece que existe una «minoría voraz», que compra entre 20 y 40 libros por cabeza y año. Pero hay otras explicaciones más convincentes. Una es que las editoriales españolas exportan una parte significativa de su producción a los países hispanohablantes de América. Otra es que, según datos del gremio de editores, el 23% de los títulos tienen un público que no los compra por puro gusto, pues son libros de texto escolares. Además, los títulos nuevos no son tantos como dicen los estudios del INE, que excluye las reimpresiones pero no las reediciones. Según Antonio María Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España, cerca del 40% de las obras publicadas el año pasado son en realidad reediciones (cfr. El País, 12-IV-2000).