Cuando se ve la gran publicidad que se hace a muchos títulos nuevos surge la pregunta de cuál sería el resultado si se promocionaran con el mismo empeño los libros que siempre se venden bien, esos de los que se puede afirmar sin mentir que son los que la gente quiere pues llevan vendiéndose años y años… En concreto, por ejemplo, se puede pensar en Chesterton, un autor que continuamente gana lectores y del que se han publicado dieciocho títulos desde 2000 hasta hoy, y del que los últimos años se han hecho ediciones en castellano de algunas de sus obras olvidadas o no traducidas. En los últimos meses les ha tocado el turno a El Napoleón de Notting Hill y a Cuentos del Arco Largo.
El Napoleón de Notting Hill es la primera novela de Chesterton y su primer libro importante, según pensaba él mismo. Básicamente, la historia cuenta cómo, el año 1984, los residentes de un barrio londinense se levantan en armas y se declaran independientes cuando están a punto de sufrir lo que consideran un atropello urbanístico: si un lugar es lo bastante grande para que incite la codicia de los ricos también lo es para que lo defiendan los pobres, afirma el cabecilla, Adam Wayne.
Esta novela, tan surrealista como las demás novelas largas de Chesterton, era la preferida del independentista irlandés Michael Collins debido, entre otras cosas, a su crítica de cualquier tipo de imperialismo cultural o económico. Sin embargo, su propósito principal es más bien señalar cómo, cuando llegan tiempos difíciles, aparecen fanáticos puros y satíricos puros, hombres con una única idea fija en la cabeza y que, por tanto, son los más peligrosos de todos… El desenlace puede resultar confuso para quien espera que uno de los dos personajes principales de la novela tenga razón, pero no lo es si, como formula expresamente Chesterton, se ven como complementarias las posturas que ambos representan, la del que se toma todo a broma y la de quien se lo toma todo en serio.
Cuentos del Arco Largo son varios relatos entretejidos entre sí donde unos personajes excéntricos (lo cual obviamente quiere decir que tienen un centro), viven unas singulares historias de amor y propugnan un modo de vivir que confunde a los intelectuales, políticos y hombres de negocios del momento. Cada relato gira en torno a un dicho inglés conocido y varios apuntan a una cuestión que para Chesterton era clave: lograr una distribución justa de la propiedad. Para mi gusto, el mejor es el primero, El impresentable aspecto del coronel Crane, que habla de un tipo que se come su sombrero. Y también calificaría con sobresaliente El lujo exclusivo de Enoch Oates, protagonizado por un curioso millonario norteamericano al que se nos describe como un hombre de negocios sólido y serio, es decir, se nos dice, un imbécil homogéneo; un individuo sencillo, afable y fiel a sus creencias, un tanto oscuras y confusas, pero en realidad un estafador y un ladrón aunque él no lo sabe y se cree un hombre honesto y abierto.
Conviene advertir que, a diferencia de otros escritores, nunca se pierde el tiempo leyendo o releyendo a Chesterton. Que no se le debe leer con prisa pues, aunque su nivel literario e intelectual sobrepasa con mucho las medidas habituales, el curso de sus relatos no siempre sigue una línea recta o, si se quiere usar su mismo modo de razonar, digamos que sigue una línea demasiado recta. Que se le valora más cuanto más se le conoce pues sus obras se potencian e iluminan unas a otras. Que las traducciones no le hacen justicia siempre y que, para disfrutarlo más, ayuda estar un poco familiarizado con la lengua, la historia y la cultura inglesas. Y que, por todo lo anterior, con él es especialmente cierto aquello de que, cuando algo no se comprende bien, la culpa no es siempre del que lo cuenta.
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El Napoleón de Notting Hill. Pre-Textos. Valencia (2002). 231 págs. 20 €. T.o.: The Napoleon of Notting Hill. Traducción: César Palma.
Cuentos del Arco Largo. Valdemar. Madrid (2002). 378 págs. 8,90 €. T.o.: Tales of the Long Bow. Traducción: José Luis Moreno-Ruiz.