El escrito checo, fallecido en París a los 94 años, era un destacado representante de la literatura posmoderna. Pero la desilusión que comparte con otros autores, en él está condicionada por su experiencia bajo el comunismo.
Milan Kundera nació en Brno (República Checa) en 1929. Hijo de un pianista, estudió musicología y cine. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, se afilió al Partido Comunista, aunque en 1950 fue expulsado, suceso que aparece en su primera novela, La broma, inspirada en estos hechos. Posteriormente, fue readmitido.
Antes de dedicarse a la literatura, trabajó como profesor en la Escuela de Cinematografía de Praga. Publicó poemas y comenzó a despuntar literariamente en 1967 con La broma, novela que recrea el clima de persecución y control del Partido Comunista sobre las vidas privadas de los ciudadanos de la antigua Checoslovaquia. El año siguiente, esta obra fue prohibida y retirada de la circulación.
Ese mismo año, 1968 aparecieron los relatos de El libro de los amores ridículos. Pero en plena Primavera de Praga se multiplicaron los problemas políticos de Kundera con el régimen comunista, agravados tras la invasión soviética. Antes de exiliarse de su país, publicó las novelas La vida en otra parte (1972), que le dio resonancia internacional, y La despedida (1973).
Por su participación en la Primavera de Praga, en 1970 fue definitivamente expulsado del Partido Comunista y en 1975 consiguió exiliarse en Francia, donde fue profesor de la Universidad de Rennes y, más tarde, en la École des Hautes Études de París. En 1979 fue privado de su nacionalidad por el gobierno checoslovaco, como respuesta a la publicación de El libro de la risa y el olvido (1979). Al año siguiente, obtuvo la nacionalidad francesa. Ha seguido escribiendo y viviendo en Francia hasta su fallecimiento el 11 de julio de 2023.
Su gran éxito
En 1984 publicó su gran obra, La insoportable levedad del ser, que marcó un hito en la novela contemporánea por su mezcla de géneros y su capacidad para introducir en su posmoderno argumento digresiones biográficas, filosóficas y políticas. La novela cosechó un importante éxito internacional, aunque en su país no se publicó hasta mucho después de la caída del comunismo, en 2006. Heredera de lo mejor de la literatura centroeuropea, esta obra refleja acertadamente el desconcierto del hombre contemporáneo y la inutilidad gris de su existencia. Los protagonistas de la obra, especialmente Tomás y Teresa, comparten dudas e infidelidades y muestran las grietas existenciales del sujeto posmoderno, sometido a los vaivenes de los nuevos aires, y reflejan la disidencia que padecieron muchos intelectuales de Europa del Este.
Luego vendrían La inmortalidad (1988), La lentitud (1994), La identidad (1997) y La ignorancia (2000). Su última novela publicada ha sido La fiesta de la insignificancia. Todas ellas aspiran a convertirse en parábolas sobre la existencia, el escepticismo, la soledad, la sexualidad y la crítica a los totalitarismos y a la sociedad occidental de masas.
Ensayos
En sus ensayos, insiste en ideas estéticas parecidas, defendiendo la libertad de creación, el rechazo de cualquier forma de tiranía y de la visión trascendente de la novela, y criticando la mercantilización de los procesos literarios. Entre sus ensayos destacan Los testamentos traicionados, El arte de la novela, El telón y Un encuentro (ver Aceprensa 11 septiembre 2009).
Ha obtenido galardones por sus obras La vida en otra parte (1969) –premio Medicis a la mejor novela extranjera en Francia– y La despedida (1975) –premio Mondello al mejor libro editado en Italia–. En 1981, el conjunto de su obra recibió el Commonwealth Award en Estados Unidos. En 1982 recibió el premio Europa-Literatura por el conjunto de su obra. En 1983 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Michigan, y en 1985 recibió el premio Jerusalén.
Desde el punto de vista teórico y práctico, la literatura de Milan Kundera representa la crisis de la novela tradicional, la levedad como estrategia filosófica, el humor como herramienta para combatir la falta de libertad, la ausencia de soluciones globalizadas para el mundo actual y el radical escepticismo ante las propuestas existenciales actuales.