Medios de comunicación

La web informativa WikiTribune no termina de cuajar por la utópica visión del periodismo colaborativo que plantea.
El pánico ante las noticias falsas no debería distraernos de un problema más cotidiano: la dificultad de un sector de la sociedad para distinguir entre hechos y opiniones.
Leer una publicación impresa informa más que estar pendiente de las noticias en las redes, dice un periodista.
Un grupo de expertos convocado por la Comisión Europea para investigar las “fake news” propone apoyar más al periodismo de calidad y fomentar la educación de los ciudadanos.
Un informe interno recomienda más profundidad, mayor presencia en el “prime time” y formar mejor a los periodistas.
“The Guardian” y “The New York Times” buscan maneras de hacerse imprescindibles a sus lectores.
Recién llegada a los quioscos franceses, gracias al “crowdfunding”, el nuevo semanario aspira a distinguirse de la competencia con un enfoque propio.
En medio del descenso general de la difusión en papel y de la publicidad, algunos medios han hallado fórmulas de éxito para la transición digital.
La voracidad informativa, propiciada por las redes y aprovechada por los medios de comunicación, deja menos tiempo para el análisis.
Navarro-Valls, fallecido el 5 de julio, transformó el modo en que la Santa Sede informaba al mundo, y para Juan Pablo II fue más que un portavoz.
El debate ya no es si los medios tienen que adaptarse o no a las preferencias de los lectores, sino cómo hacerlo para que gane el periodismo.
El director de la publicación con fama de ser leída por los que mandan en Europa cree que la crisis de credibilidad y de rentabilidad de los medios es relativa.
El fundador de Wikipedia ha anunciado el lanzamiento de un medio “online” en el que los colaboradores voluntarios funcionarán como garantes de la veracidad informativa.
Los comentarios inciviles en los medios digitales son contagiosos y siguen las oscilaciones naturales del humor.
Martin Baron, director de “The Washington Post”, sostiene que, para sobrevivir, los medios tradicionales deben abrazar el cambio tecnológico y escribir buenas historias.
Editores y periodistas consultados por Nieman Lab reflexionan sobre el modo de recuperar la credibilidad de los medios.
Un número creciente de jóvenes periodistas cubanos están colaborando con medios digitales alternativos. La Habana los mira con desconfianza.
Un estudio publicado en EE.UU. muestra que a algunos lectores el móvil no les disuade de leer artículos de 1.000 o más palabras.
Una directiva aprobada por el Parlamento Europeo alarma a los periodistas, porque puede secar las fuentes de filtraciones sobre escándalos económicos.