Contrapunto
La combinación es fatídica: España tiene la tasa de fecundidad más baja de Europa (1,2 hijos por mujer) y la más alta proporción de pediatras (18 por cada 100.000 habitantes). La drástica caída de la fecundidad ha hecho que de 669.000 nacimientos en 1974 se haya pasado a sólo 361.000 en 1995. Se comprenderá que hoy día los pediatras lloren casi tanto como los niños y luchen por retener a su clientela hasta el fin de una adolescencia cada vez más tardía. Pretensión rechazada por los médicos generalistas, que defienden a bata y fonendo su cuota de mercado.
Ya en 1993, la entrada en vigor del decreto de libre elección de médico en la atención primaria del Insalud establecía que los pacientes de 7 a 13 años que no hubieran optado por médico general seguirían adscritos al pediatra hasta cumplir los 14 años.
Pero ahora el presidente de la Asociación Española de Pediatría ha pedido que la edad pediátrica se amplíe hasta los 18 años en los chicos y los 16 en las chicas. O sea, que los chicos estarían en edad pediátrica hasta alcanzar la edad penal o la de ir a la mili; y ellas pasarían directamente del pediatra al ginecólogo.
Esta pretensión es rechazada por el portavoz de la Sociedad Española de Medicina General, según el cual a esas edades «se es un ser adulto y no tiene sentido un trato especial hasta los 18 años». El conflicto está abierto. La decisión salomónica la tomará el Insalud. Afortunadamente, esta vez la criatura puede ser dividida según la edad.
Juan Domínguez