Gigi De Palo (foto: Stati Generali della Natalità)
Los días 12 y 13 de mayo se celebraron en Roma los Estados Generales de la Natalidad. Fue un evento de alcance nacional organizado por la Fondazione per la Natalità, presidida por Gigi De Palo, presidente también del Foro de Asociaciones Familiares. Más allá de la lucha contra el invierno demográfico –preocupa mucho, porque Italia está, con Malta y España, a la cola de Europa–, se ha convertido en un gran escaparate civil para la defensa y apoyo de la familia.
Bajo el lema “Si può fare!” (“¡Se puede hacer!”), instituciones y empresarios, periodistas, políticos y deportistas, científicos y médicos, intelectuales y artistas, manifestaron ante miles de estudiantes su compromiso con el futuro del país.
Una ley de familia
El compromiso incluye a la ministra de Igualdad de Oportunidades y Familia, Elena Bonetti, de Italia Viva: tras la aprobación de la llamada Family Act –ley de la familia–, que acaba de promulgarse, promete que los diversos reglamentos indispensables para su aplicación estarán listos antes del final de la legislatura, y atenderán las críticas razonables sobre el funcionamiento del subsidio único y universal (con una dotación presupuestaria de 20.000 millones de euros), que entró en vigor en marzo: se otorga por cada hijo a cargo hasta la edad de 21 años, sin límites de edad para los discapacitados, y en cuantía determinada por la situación económica de la unidad familiar, según el ISEE (Indicatore della Situazione Economica Equivalente).
La ministra reconoce, en una entrevista al diario Avvenire el día de la inauguración de los Estados Generales de la Natalidad, que es necesario liberar las energías de todos, crear alianzas entre las generaciones y los sexos, y dar cancha al protagonismo de las mujeres y los jóvenes de modo particular. El Gobierno es plenamente consciente, y ha optado por invertir en estos capítulos como nunca antes, no sólo en términos de recursos económicos, sino también de estructura y visión política.
Un objetivo prioritario de la ley es apoyar la misión educativa de las familias, mediante partidas presupuestarias para contribuir a aliviar la carga económica que supone, no solo en materia de guarderías. Hay que activar los instrumentos previstos para apoyar la educación de los hijos a lo largo de la vida. Por otra parte, se reformarán y se mejorarán los permisos por paternidad, y se fomentarán iniciativas empresariales que apoyen la maternidad.
Nueva narrativa de la familia
En esta línea, una de las sesiones planteó la necesidad de una nueva narrativa de la familia. No basta con describir y analizar un elenco de dificultades conocidas. Como escribe Massimo Calvi en Avvenire, la política en Italia tiene que aprender a ser mucho más atrevida cuando se trata del capítulo familiar. Por ejemplo, respecto de la crisis climática: quien pone en peligro el futuro del planeta no es el niño que nace, sino el adulto que nunca llega a ser realmente padre, aunque tenga hijos, y vive en la ilusión del consumo infinito de recursos en virtud de un individualismo patológico y autodestructivo. La política ha de ser capaz de comunicar con valentía a las familias que “se puede hacer”, porque la comunidad está dispuesta a anteponer su apoyo a la natalidad y a la familia siempre y en todas las medidas: la familia es un recurso, no un problema. También respecto de las familias de los inmigrantes: son familia antes que refugiados o extranjeros.
“Vale la pena traer al mundo un hijo, porque es mucho más hermoso que difícil” (Gigi De Palo)
El debate sobre esta nueva narrativa –con intervenciones de varias figuras de los medios de comunicación– incluyó también una representación teatral sobre la paternidad en la segunda jornada. También fue plural la presencia política: secretarios de Azione, Partito Democratico, Lega; presidenta de Fratelli d’Italia; coordinador nacional de Italia Viva; viceministra económica, del M5S; presidenta de la Comisión de Infancia y Adolescencia, de Forza Italia. Se ha impuesto la idea de un pacto social y político que una a todo el mundo. En palabras de Enrico Letta, secretario del PD, el subsidio único y la ley de familia son resultados muy positivos de esta legislatura: “Se han conseguido también gracias al trabajo realizado en los últimos años por los Estados Generales de la natalidad”.
Unidad y diversidad
Esa diversidad alegró al Papa Francisco, como manifestó expresamente en el mensaje leído en la inauguración: “Las cosas pueden cambiar si, sin miedo, más allá de los intereses partidistas y las vallas ideológicas, trabajamos juntos”. Porque –terminaba– “es hora de dar respuestas reales a las familias y a los jóvenes: la esperanza no puede ni debe morir de espera”.
Gigi De Palo lleva siete años insistiendo en el tema… Los líderes políticos le han dado las gracias por haber conseguido situar algo tan complejo en el centro del debate público. Como reconoce en una entrevista, “el reto de estos siete años ha sido devolver la dignidad y la centralidad a la cuestión de la familia”. Urge ahora trabajar pro natalidad: “No es momento de atajos: no se puede curar un tumor con analgésicos”. Y resume el balance de estos días: “Grandes empresarios, deportistas, médicos, escritores, actores, han hablado de la belleza de la paternidad. Y enviaron un mensaje maravilloso: a pesar del esfuerzo y de la complejidad, vale la pena traer al mundo un hijo, porque es mucho más hermoso que difícil”.