Un congreso internacional celebrado en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, ha reunido a destacados expertos en naprotecnología –tecnología de la procreación natural–, con el fin de presentar esta especialidad, que combina conocimientos científicos y técnicos para dar una respuesta integradora, natural y sostenible a los problemas de fertilidad.
(Actualizado el 20-11-2019)
En el congreso, organizado por la red Fertilitas, se presentaron los últimos avances de esta especialidad, con la presencia de su creador y primer impulsor, el ginecólogo Thomas W. Hilgers, fundador del Instituto Pablo VI para el Estudio de la Reproducción Humana, en Nebraska. Además de en Estados Unidos, la naprotecnología ya se aplica en Irlanda, Holanda, Polonia, México, Alemania, Canadá y España, para el diagnóstico y tratamiento de las causas de infertilidad, y ha conseguido –según explicó Hilgers– que “muchas parejas logren tener hijos de manera natural, de una forma responsable con el cuerpo y la vida humana”, tras un proceso de aprendizaje monitorizado, adecuado a cada necesidad, y tras la aplicación de algunas terapias.
Para Hilgers, se trata de “una apuesta revolucionaria en el modo en el que se abordan los problemas [de fertilidad]”. En su opinión, “desde 1978, cuando comenzó a aplicarse la fecundación in vitro, prácticamente se ha dejado de hacer diagnósticos, porque solo importa una cosa: conseguir un niño”. Frente a este enfoque, Hilgers comenzó hace ya 30 años un proceso de investigación sobre las causas de infertilidad más frecuentes, con el objetivo de mejorar la salud de una manera integral.
“Es necesario que la universidad se implique en esta ciencia, pues la naprotecnología en realidad forma parte de la asistencia primaria de salud” (Jokin de Irala)
Interpelado por la encíclica Humanae vitae, al poco de graduarse Hilgers comenzó a reunir experiencia clínica e investigadora, para desarrollar una medicina reproductiva natural, “firmemente basada en el respeto a la vida y en la integridad del matrimonio”, explicó. Su empeño va en la línea de lo que hacen otros expertos en planificación familiar natural.
Método Creighton
Fruto de su trabajo continuado, surgió la naprotecnología. Hilgers se apoya en el Método Creighton, que toma como punto de partida los hallazgos del doctor Billings y el método sintotérmico (ver Aceprensa, 7-04-2010), pero da un paso más en el modo de recogida de los resultados. El método Creighton estandariza las observaciones del patrón mucoso y el registro gráfico de las hormonas como estrógenos y progesterona a lo largo del ciclo, permitiendo así identificar los días de fertilidad e infertilidad.
Una vez se obtiene el patrón de cada mujer, la evaluación de las posibles causas que están impidiendo concebir a las parejas es más precisa: la tasa de efectividad del diagnóstico se sitúa en un 99,5%. Además de la aplicación de tratamientos hormonales muy ajustados –en días y dosis–, dietas y medicación para cada necesidad, Hilgers recurre a la cirugía naprotecnológica, generalmente por laparoscopia, para remediar patologías. Se trata de soluciones creativas personalizadas que se han dejado de practicar en la mayoría de hospitales, al haberse generalizado las técnicas de fecundación in vitro. Tal como su promotor explica en el libro The Medical & Surgical Practice of NaProTechnology (2004) –un manual con cerca de 2.000 referencias científicas de publicaciones académicas–, “la naprotecnología se apoya en la ginecología, la cirugía, la perinatología y la educación”.
Colaboración entre hombre y mujer
Las soluciones de la naprotecnología requieren la colaboración del hombre y la mujer, y un proceso de aprendizaje y acompañamiento que facilitan los monitores. Según explica la enfermera Ana María Ramírez, presidenta de FertilityCare Center en España, “se trata de un método seguro, porque no hay contraindicaciones, fomenta la unión conyugal, respeta la dignidad de la mujer y tiene una confiabilidad probada. Diría que es un abordaje integral de la salud; no es solo una técnica”.
Ignacio Romero, urólogo, señala que, según datos recientes, “el 15% de las parejas son estériles –les es imposible concebir–; en el 20%, la causa es solo masculina; y del 30 al 40%, el hombre contribuye. La nicotina y el alcohol tienen gran incidencia, aunque también hay causas orgánicas”. La consulta y el estudio del factor masculino sigue también sus protocolos y, tras el diagnóstico, se aplican las soluciones posibles.
Hilgers aplica soluciones creativas personalizadas que se han dejado de practicar en la mayoría de hospitales, al haberse generalizado las técnicas de fecundación in vitro
“La naprotecnología detecta muchas veces que la esterilidad es multifactorial”, señala el doctor Jaime Siegrist, ginecólogo y jefe de servicio del Centro Médico Maestranza. “Es frecuente que cuando no llegan los hijos se diagnostique esterilidad de origen desconocido”; sin embargo, con el Método Creighton el porcentaje de esas causas desconocidas baja del 47% a menos del 1%”.
Siegrist es uno de los ginecólogos que, desde la plataforma Fertilitas, favorece y difunde la naprotecnología desde 2018.
Unos años antes, en 2014 y 2015, respectivamente, la ginecóloga Mª Victoria Mena Gutiérrez y la médico de familia Helena Marcos Martín fueron reconocidas oficialmente por el Instituto Pablo VI de Omaha para practicar naprotecnología en España y ejercer como monitoras del método Creighton. Ambas forman parte de la Asociación Española de Naprotecnología (Naprotec.es), nacida en 2018, aunque su actividad se remonta a 2016. La asociación trabaja en España y otros países.
El interés por la naprotecnología es creciente y se extiende al ritmo de preparación de los profesionales de la salud. “Hasta ahora solo existían expertos en algunos puntos aislados de la península, como Gibraltar, Pamplona, Zaragoza, Madrid y Lisboa”, explicó la ginecóloga Tania Errasti, que fue la primer médico española que se formó en 2011 junto a Hilgers, y actualmente trabaja en la Unidad de Reconocimiento Natural de la Fertilidad de la Clínica Universidad de Navarra.
“La naprotecnología se apoya en la ginecología, la cirugía, la perinatología y la educación” (Thomas W. Hilgers)
La naprotecnología se enfrenta ahora al desafío de la divulgación en ambientes universitarios y académicos. “Es necesario que la universidad se implique en esta ciencia, pues la naprotecnología en realidad forma parte de la asistencia primaria de salud”, señaló Jokin de Irala, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra.
En la misma línea se expresó el ginecólogo José Ignacio Tubío, quien explicó que “en España hay de 5 a 10 veces más clínicas de fertilidad que en el resto de Europa, porque se siguen criterios empresariales facilitados por una legislación permisiva. Muchas veces hay tratamientos desproporcionados, con gran agresividad y efectos secundarios, porque ha podido faltar tiempo de estudio médico”.